5 poemas de Rogelio Guedea

Dentro de la literatura ha publicado obras en diferentes géneros como la novela, el ensayo y la poesía. Además de por sus poemas —gracias a los cuales ha conseguido importantes premios como el Adonis—, es conocido en México por su labor de columnista en diferentes medios de comunicación del país. A continuación, reproduzco 5 poemas de Rogelio Guedea.

Ella es yo

Porque te conozco

porque adivino a qué horas

en qué rincón

porque te descubro leyendo las cartas

tristes que te envío

los besos al mayoreo

los regaños que firmas con tu nombre

porque entiendo que no gustas de lavar

un calcetín

y no de salir en las mañanas a comprar

para el almuerzo

el pan de ausencia que habrá de consolarte

porque un botón de la camisa que me pongo

a diario

de la única camisa de hombre bueno

que me queda

te hace llorar hasta el fondo de mí

y me hiere

porque estás conmigo

y sé lo que tú eres

me conozco

Un canto sin orillas

poema que va naciendo con la luz del pájaro, esta mañana,

aquí, en el

compás de lo imprevisible/

escritura que no conspira contra nadie

y hasta en ello se equivoca/

¿se equivocan acaso los que aman?

¿también los que no aman se equivocan?

si ha dicho luz, ha dicho pájaro: esta mañana,

aquí/ pero mejor si ha dicho lo imposible: el agua fría del surtidor

que lo moja, el tierno verdor de tus ojos, una camisa de fuerza

lo imborrable,

¿lo ha dicho entonces? ¿se quedó en la mitad del éxtasis, con la mujer

montada en sus palabras, una noche?

si ha dicho pájaro, ha dicho luz:

y está cantando.

Herido busco mi país

herido busco mi país. busco tu nombre. busco la calle

donde te conocí. me caían sombras. me caías. tú llorabas.

me salpicabas tu tristeza. tu tristeza era como mi país.

tenía árboles. animales. unos arroyos que no acababan.

tu tristeza salpicaba mi país y yo nadaba con brazos

y pies en mi derrota. exiliado me fui. me exilé porque

el amor de mi país estaba yéndose por las alcantarillas.

no florecía ya el amor en mi país. lloraba como tú. gemía.

maullaba como gata en celo. así como tu cuerpo y

mi cuerpo cuando nos besamos.

En el cielo crecido de fulgor

en el cielo crecido de fulgor. agrio de noches que

comí. recordé la vez que mamá me sacó como pedazo

arrancado de su carne. recordé un día esa noche que no

podía salir de su carne magullada. sucia como casa que

no alquiló nunca la alegría. condenada estuvo de mí a

tenerme. condenada. y abuela carito dicen que la consolaba

con emplastos. con lluvias que hizo caer para que mamá

no llorara mi desgracia más. tía Yolanda y tío Jorge se

hermanaron. dicen. tío Jorge sudó fuegos que ya se

marchitaron por sacarme. lo que pasa es que yo no quería

salir de ahí. estaba bien ahí mamando de su sangre.

alimentando mi gloria pequeñita. ahora tío Jorge maldice

mi existir. maldice mi escribir poemas a tu rostro. me

maldice. y tía Yolanda se quedó callada como muerta. que

aún es peor. y cuando salí por fin de esa iglesia que parecía

una mar llena de veleros. pececitos. peñas o peñascos o como

se diga. vi a papá llorando como niño del que dios no se

acordó. lo vi tirado como caballo viejo. llorando porque el

señor doctor le dijo esta criatura mejor debió morir. eso le

dijeron los doctores matadores a papá que lloraba. si tú lo

hubieras visto como yo lo vi. mujer. te hubieras también

llenado de amargura. un charco de amargura se hubiera

clavado como palo en lo tierno de tu amor. eso dijeron los

doctores. los doctores dicen cosas que ellos nunca entienden.

hablan de la muerte riendo como señoritas y fuman luego en

los pasillos mientras papá llora mi desgracia. abuela carito

dice que tenía una cabeza y luego otra cabeza encima de la

cabeza que tenía. pero eso no fue lo peor. lo peor fue cuando

vieron que me salían luciérnagas de los ojos. palomas que

levantaron del suelo a papá. a volar a volar le decían las

palomas que me salían de los ojos. la madre Lupe lo supo la

noche que subió las escaleras y vio mis manos grandes. no se

sabe todavía si eran manos o vientos que me empezaron a

crecer. o pájaros que croaban o ranas que piaban tu rostro

hecho de luces caídas como lluvia. la noche que la madre Lupe

vio mis manos estaba la lluvia arreciada. yo sólo recuerdo

que me subían pedazos de tu ser. maderos que tenían tu

nombre. y papá se amarraba como soga de barco grande a

su esperanza. veía en mis ojos porvenires. veía senderos en

mis pies o caminos anchos como mujeres gordas. era entonces

que papá se alegraba un poco y dejaba de llorar. era entonces

que abrazó a mamá cuando la madre Lupe dejó caer como

piedra su presagio. no recuerdo qué presagio dejó caer la

madre Lupe en mi raíz. sólo recuerdo que tu rostro se llenaba

de calles que caminaría o ciudades o países donde ahora estoy

anclado. empolvado de distancia. quemado como ese día que

los doctores matadores. viendo cómo volaba papá. temieron

mi vivir.

Los que se compadecen

los que se compadecen. los que miran mi corazón

henchido. solo. esos que tienen hijos y sombras

inofensivas. esos que preguntan por mis ojos tristes.

por mi alma sin ti. los que tocan a mi puerta. los que

riegan un poco mi alegría. aquellos que no saben mi

nombre. aquellos que edifican bienvenidas. soles para

su amargura. lluvias que limpian un poco mi esperanza.

mis cicatrices. mis heridas puntuales como un reloj.

ciertas como la mar que nos abrasa o cierra. a esos les

abrí hoy mi corazón y dejé que me crecieran hondo y

ancho y otra vez hondo como libertad.

Imagen de portada: Rogelio Guedea

FUENTE RESPONSABLE: Zenda. Apuntes, Libros y Cía. Por Laura Di Verso. Editor: Arturo Pérez-Reverte. 1° de septiembre 2022.

Sociedad y Cultura/Literatura/México/Poesía.

 

«Los hombres abortan masivamente a hijos que ya nacieron»: Alma Delia Murillo.

«No te conozco, no sé el color de tu piel, la forma de tu mirada, tu estatura, tu peso, tus manos, tu voz. No sé nada de ti. Y sin embargo soy tú».

Poco después de cumplir 40 años, la escritora y columnista mexicana Alma Delia Murillo partió en busca de su padre al que por décadas creyó muerto.

Y de alguna manera nos llevó a todos con ella. Porque la obra en la que relata su travesía, «La cabeza de mi padre», está repleta de imágenes -unas duras, otras poéticas- con las que es muy fácil identificarse. Su viaje es tan real como metafórico, tan personal como universal.

Murillo tenía 7 años cuando su padre se esfumó. «Fue por cigarros y no volvió, como decimos aquí».

Su infancia estuvo marcada por ese abandono y por la pobreza, por el hambre y el esfuerzo, pero también por los libros y los juegos, las peleas y los arrebatos de una familia numerosa. «Crecer con siete hermanos es la cosa más divertida del universo», dice, y su sonrisa es tan grande que no cabe en la pantalla de zoom.

Autora de 4 novelas, trabajó durante dos décadas en el mundo corporativo hasta que decidió juntar coraje, dejar atrás «esa frustración que le mordía el alma», y dedicarse a su pasión: la literatura.

Su vida merecía ser contada, y con «La cabeza de mi padre» le hizo justicia escribiéndola.

BBC Mundo habló con ella en el marco del Hay Festival Querétaro, que se realiza en esa ciudad mexicana entre el 1 y el 4 de septiembre.

Línea

Empecemos por la foto de tu padre decapitado que ocupa la portada del libro, esa foto a la que alguien le arrancó la cabeza. ¿Tenías conciencia de que era una imagen tan universal?

¿Ay, sabes? Eso yo lo intuía. Intuía que en todas las familias -o al menos en muchas- podía haber algo así.

Pero ahora que la novela lleva unos meses circulando, no salgo del pasmo de la cantidad de gente que se siente identificada con la foto, que no es la original, sino una propuesta, pero se le parece mucho.

Son muchísimas las personas que se me han acercado y me dicen, oye, en mi casa también, la foto de mi abuelo no tiene la cabeza, la foto de mi papá no tiene la cabeza.

Para mí, era una imagen fundamental. De niña la vi un montón de veces.

Es una foto en que la cabeza se arrancó con furia. No está recortada de forma elegante. No hay Photoshop ni retoques; es la foto de una cabeza arrancada con violencia, y tiene una enorme carga simbólica.

No solo la de un padre que se va y es decapitado, sino la de cuál es la familia que late en el corazón de México y de muchos países latinoamericanos, ¿no?

Nuestras familias andan así, medio decapitadas.

Las cifras que aparecen en el libro hablan por sí solas. Destacadas que en México hay unos 26 millones de hijos sin padre, según las cifras oficiales. 

¿Qué efectos crees que tiene esto en la sociedad mexicana?

Un efecto brutal.

Yo elegí una estadística que es la más conservadora, pero hay cifras que dicen que hasta en el 40% de los hogares mexicanos el papá se fue.

En México, todos somos hijos de Pedro Páramo, digo yo, el personaje de la novela de Juan Rulfo. Todos fuimos abandonados por él y somos su hijo, Juan Preciado, buscándolo. O Juana Preciado, claro. Porque también habemos muchas hijas buscando al padre.

Y eso por supuesto que tiene un montón de consecuencias.

El arquetipo nacional del padre ausente se vuelve determinante a nivel colectivo, porque crea historias de supervivencia muy duras, donde las madres -como la mía- se hacen cargo solas contra viento y marea, supliendo los dos roles, siendo proveedoras, pero teniendo que además que educar.

Este país está hecho de eso.

De mapas, como dice tu propia madre.

Completamente.

Y también está esa cosa súper permisiva de que los hombres se pueden ir.

Llegas a decir que los hombres abortan de facto a sus hijos y sin necesitar ninguna ley…

Ni ley ni pañuelo verde, y ni nadie los juzga ni los considera inhumanos, o diabólicos.

Es muy distinto del tratamiento que recibe una mujer que abandona. Ella sí que es diabólica y no tiene humanidad.

Imagínate lo que ha costado promover la ley de la interrupción legal del embarazo. Mientras escribía este libro justo se despenalizó el aborto en México, y yo pensaba, pues si los hombres abortan masivamente -como mi padre- a hijos que ya existen, ni siquiera al cigoto o la mórula. No, a niños y niñas ya nacidos.

Es así y no está prohibido, ni vemos a la Iglesia o las asociaciones políticas saliendo a marchar contra los hombres que abortaron a sus hijos.

Por muchos años tú crees que tu padre está muerto, y cuando te enteras por casualidad de que no es así, escribes que «es más digno tener un padre muerto que un padre que no te quiere y duele menos». ¿Crees que las familias monoparentales siguen siendo un estigma?

Sí, claro. Esto es pasar de ser una estadística a contar una historia, y contar la historia duele.

Con la estadística uno se puede camuflar en medio de los números y ya está, pero cuando hablas del abandono en una comida, en una reunión, cuando se te aparece en el formulario de solicitud de empleo o del pasaporte esa línea que dice «nombre del padre», esa ausencia da vergüenza.

Es como el elefante en la habitación, porque nos sentimos inadecuados. Quedamos del lado de los incompletos.

Alma Delia Murillo

FUENTE DE LA IMAGEN – ANA HOP

Compartir eso, hacerlo parte de nuestra identidad pública sigue siendo difícil, y aunque a mucha gente no le guste, lo voy decir: tiene que ver con esta narrativa patriarcal donde las emociones no se ponen en el discurso público. Nosotras sí, las mujeres estamos mucho más dispuestas a hacerlo.

Es curioso que mientras buscas a tu padre, de alguna manera encuentras también a tu madre. El relato que haces de ella es muy completo, e incluye algo que es muy contraintuitivo de la idea de familia ideal que tenemos en América Latina, que es cuando ella decide ausentarse. Es una paradoja súper bonita.

Me emociona que me lo digas… No sé si lo había pensado así.

Mi madre me hizo un regalo enorme. Me regaló la libertad. Cuando me iba a ir de la casa, me preguntó «cuándo te vas… para no estar». Me dejó el espacio para irme, para no dudar. Me regaló no mirarla, desapareció para que yo tuviera la fuerza de irme sin mirar atrás.

Es algo muy generoso, pero duro también, como un regalo envenenado pienso a veces, porque estamos hablando de nuestros orígenes, y uno no quiere traicionarlos.

Y yo, como tantos otros mexicanos, le debo tanto a mi madre. Yo pude estudiar en la universidad porque ella limpiaba casas, porque trabajaba como empleada doméstica, y cada vez que lo cuento en público o escribo alguna columna al respecto, no sabes la cantidad de gente que me dice entre vergüenza y no que ellos tienen la misma historia.

Ella fue muy generosa. También me regaló su alegría, que a mí me sigue pareciendo inexplicable e inaudita. En medio de todo lo que vivió, de la muerte de su primer hijo, de las quemaduras que sufrió una de mis hermanas, de las carencias y las humillaciones, siempre fue una mujer con alegría.

Por eso al final intento devolverle el poder de elegir que no tuvo, porque se pasó 20 años pariendo y criando, y le digo «eres libre, vete, no seas solo una mamá, sé una mujer».

Y efectivamente, la muestras como mujer: «Mi madre se enamoró como bestia.

Yo lo vi… Se enamoró y se incendió en sí misma». ¿Se habla muy poco de las madres enamoradas, no?

Es que en México y en todos nuestros países, existe esta adoración a la madre, la Virgen, la Santa Madrecita, que es intocable, perfecta, pura, pero esa es una forma de castradura ¿no?

La madre también puede ser una señora enamorada, desesperada. Yo creo que mi madre estaba en una calentura, en un arrebato sexual.

De niña me enojé por eso, pero ahora digo, ay, qué bueno que lo vivió y qué bueno haber sido testigo.

Hablemos del viaje para encontrar a tu padre. O más bien de los viajes, porque la travesía es en varias dimensiones…

Sí, en realidad es una serie de búsquedas y viajes. No es sólo el road trip por esa carretera de Michoacán buscando a un padre al que no veía hacía 40 años, sino también un viaje en que se vuelve a contar el origen, de dónde vienes y quién eres.

Y cuando eres como yo, una mujer que creció en una zona marginal, en un país latinoamericano, morena, de pelo negro, pues tienes una historia que contar que va a implicar desde luego clasismo, violencia, violencia de género, ¿no?

Pero cuando me preguntan si escribí una novela feminista, me hace gracia. Es que digo no, no es que uno se siente con su pila de libros de teoría feminista, sino que te sientas a contar una experiencia. Y cuando las mujeres contamos nuestra experiencia, está atravesada por eso.

El viaje también está marcado por una especie de recorrido social, de lo que llamamos movilidad social, que es un fenómeno complejo y que en un país como México es muy difícil de conseguir.

Hay estadísticas demoledoras, que dicen que por las siguientes tres generaciones la gente se queda en el mismo decil social, socioeconómico, el mismo nivel de ingresos que sus padres.

Aparte de la violencia más explícita que describes y que tú misma sufriste, hay otra más cotidiana, cuando te refieres a esa frase tan típica de «tan solita que estás», y rematas diciendo » la insensatez más incomprendida es elegirte a ti misma». No se puede dudar que hay avances en temas de género, pero ¿avanzan más rápido los discursos que la realidad?

Es que sigue sucediendo, ¿no?

Mira, si tienes un oficio como el mío, por ejemplo, tan neurótico, en el que yo necesito estar sola para escribir, quiero silencio y soledad, el juicio ha sido siempre muy duro: de egoísta, narcisista, vanidosa, en fin.

Pero yo necesito eso y punto. He intentado vivir en pareja y me sale fatal.

Y sí, es cierto que hay avances, claro que los hay. En México se ha despenalizado la interrupción del embarazo y empieza a haber cierta paridad en las cámaras, en el gobierno, en los gabinetes, hablamos de nuestros temas, se hacen públicos.

Pero, ¿sabes qué? El otro día lo discutía con una amiga. A pesar de que todo esto pasa, los feminicidios siguen aumentando. Estamos hablando de 3 mil al año. Y cada vez hay más.

¿Qué es eso? ¿Qué es este discurso? La curva tendría que ser inversamente proporcional, pero no. Y eso es porque las leyes, las decisiones, el poder judicial, penal, las industrias, las empresas, siguen mayoritariamente en manos de este modelo masculino y de hombres.

¿Y cómo se rompe esta cadena?

Uf, es tan difícil.

Ahora mismo estoy en un proyecto, escribiendo guiones para un podcast sobre feminicidios. Diez feminicidios. Y ha sido brutal. ¿Sabes qué es tan duro y tan, tan palpable y material? Como el tema de la impunidad atraviesa todos los casos.

Al final, la conclusión es que los hombres matan porque pueden, porque saben que no les va a pasar nada, porque las fiscalías no persiguen los casos. Porque incluso a feminicidas confesos los liberan.

Estamos ahora viviendo una cosa horrible, que es que en algunos estados del interior de México se ha visto una tendencia de quemar a las mujeres. Vivas. Con fuego directo o con ácido. Van 47 en este año. Porque pueden.

Entonces creo que, claro, nos podemos meter en temas más soft y discutir que si la educación, la permisividad, la cosa cultural, pero a mí me gusta interpelar a los hombres, voltear y decirles a ellos, «oigan, ¿no tendrían ustedes también que estarse preguntando por qué lo hacen, por qué pueden, por qué no funcionan las leyes?».

Sí, la impunidad la tienen que desbaratar en términos legales, jurídicos, en las fiscalías, pero también la tienen que desbaratar los varones. Creo que ahí está el corazón de esto.

¿La falta de empatía que describes en el libro cuando hablas del racismo sigue la misma lógica del discurso más avanzado que la realidad? Hablas de los castigos que sufrías en el colegio, de la humillación por llegar con piojos…

A ver… En México, sobre todo en los últimos dos años, hay una discusión encarnada porque muchísima gente en la opinión pública dice que en este país no hay racismo, pese a que organismos como la Comisión Nacional para Prevenir la Discriminación dicen que todo está marcado por el color de la piel.

Es parecido a lo que dice el colectivo chileno Las Tesis: ¿por qué todas las mujeres conocemos a alguien de quien han abusado y los hombres no conocen a ningún amigo que lo haya hecho? Porque no lo ven.

Si lo traslapamos al asunto del racismo, y este como castigo a la pobreza y al color de piel, pues no lo ves si estás del lado de los de piel más blanca. Y eso me parece importante decirlo. Yo ni nombre le pongo, solo les estoy contando mi experiencia.

Yo he visto cómo reacciona una sociedad con una madre como la mía, que tiene ocho hijos y cómo aplauden y le hacen portadas en la revista Hola a otras mujeres que tienen seis o siete hijos, pero tienen un apellido y una herencia patrimonial.

Esos hijos sí están bien, pero los de la pobreza no.

Volvamos a la cabeza de tu padre. ¿Qué pasa cuando lo encuentras? Tú misma dices que «el verdadero milagro es cambiar de punto de vista». ¿Te cambió a ti?

Sí, sí. O sea, es la sensación de estar completa.

Tatuaje de un pañuelo rojo

FUENTE DE LA IMAGEN – ALMA DELIA MURILLO

Alma Delia Murillo se tatuó el pañuelo rojo que se llevó como recuerdo cuando conoció a su padre.

Lo digo en el libro: si cortar cabezas es difícil, ponerlas en su lugar es una proeza demoledora.

Yo me pasé 40 años andando, escribiendo, pensando que a lo mejor me hice escritora porque tenía una necesidad de tejer textos para contar esta historia, para nombrarla. He hecho años de terapia aprendiendo que hay un yo narrativo que se puede componer.

Y la sensación que tengo es esta: creo que mi padre está aquí y está completo. Sí, tengo papá, pero además, como estoy tan loca, a veces hablo con él.

Tengo enmarcado el pañuelo rojo que era suyo y que me llevé cuando lo conocí poco antes de que muriera. Un amigo lo convirtió en una pieza.

De pronto paso por ahí y le digo «bueno, bueno, cabrón, te estás poniendo a mano, ¿no?»

Lo siento aquí, presente.

Este artículo es parte de la versión digital del Hay Festival Querétaro, un encuentro de escritores y pensadores que se realiza en esa ciudad mexicana del 1 al 4 de septiembre. Sigue aquí toda la cobertura.

Imagen de portada: Alma Delia Murillo

FUENTE RESPONSABLE: HayFestivalQuerétaro@BBC Mundo. Por Carolina Robino. 31 de agosto 2022.

Sociedad y Cultura/México/Familia/Literatura/Derechos de la Mujer

Miroslava, una mujer marcada por la fatalidad.

No fue ni gratuito ni al tuntún que, en 2019, Michael Chaves estrenase un remake de La maldición de la llorona dentro de la saga de Expediente Warren. 

El cine fantástico mejicano, muy especialmente el de terror, del que La llorona (Ramón Peón, 1933) es un título referencial, es uno de los mejores del mundo. Consciente de ello, el Hollywood del agotamiento argumental fue a buscar en los grandes filmes de la pantalla del país vecino lo que sus guionistas, aplicándose en la escritura de libretos protagonizados por la muñeca Barbie o adaptando series de televisión, no le supieron dar. 

Aun así, como el que nos ocupa también es el Hollywood del adocenamiento —la pantalla estadounidense ya había rodado tres lloronas con anterioridad a la de Chaves—, lo más probable es que ya tengan preparadas precuelas, secuelas y hasta un reboot.

De esta forma, con las mismas que se sustrajo la inocencia a la abominación de Frankenstein para dársela al barón —su creador, el verdadero monstruo por robar cadáveres de patibularios para devolverlos a la vida—, se acabará desvirtuando el sentido numinoso de una plañidera, que constituye una de las figuras más sugerentes e inquietantes del cine de miedo, para convertirla en una víctima de los efectos especiales.

Si deseas profundizar en esta entrada; cliquea donde se encuentra escrito en “azul”.

La Llorona original, la mejicana, ya gozó de su propia saga —La herencia de la Llorona (Mauricio Magdaleno, 1947), El grito de la muerte (Fernando Méndez, 1959), La maldición de la Llorona (Rafael Baledón, 1963)…—, pero aquel era un cine artesanal, más atento a la sugerencia que a la evidencia, y como siempre asusta más lo que se imagina que lo que se ve, es infinitamente mejor. Tan bueno que ha quedado como un clásico que los realizadores estadounidenses, aunque lo intentan, no consiguen imitar. Trabajan en la idea de que con los dichosos efectos especiales la historia ganará. Total, que no consiguen más que una sucesión de sustos previsibles, que cada vez sobresaltan menos, y nunca magnetizan como los sonidos de esas criaturas de la noche, que nos invita a escuchar el conde (Bela Lugosi) en la versión canónica de Drácula (Tod Browning, 1931).

La plañidera referida es un mito muy arraigado en el folclore hispanoamericano, no sólo en Méjico, que se remonta al periodo precolombino. Se trata del espectro de una mujer maldita por haber ahogado a sus hijos. Arrepentida de su crimen con posterioridad, decide quitarse la vida.

Miroslava Šternová, simplemente Miroslava en la edad de oro del cine mejicano —que desde el estreno de Allá en el rancho grande (Fernando Fuentes, 1936) se prolongó a lo largo de veinte años—, no tuvo tiempo para arrepentirse de su última acción. El nueve de marzo de 1955, superada por un desengaño amoroso —nunca llegó a saberse a ciencia cierta si por Cantinflas o por Luis Miguel Dominguín—, resolvió matarse ingiriendo una dosis letal de Ayerlucin, un barbitúrico que le procuró la muerte sin sentirla.

Sólo contaba veintinueve años y la conmoción que provocó en el país fue mayúscula. La esperaban en el rodaje de una película que habría de titularse No es posible la Luna conmigo. Como ella era la protagonista, aquella cinta nunca se acabó. Proliferaron los rumores. Su público la quería tanto que se especuló con la idea de que fue sustituida por otra actriz, Ninón Sevilla, en las fotos que se tomaron con anterioridad al levantamiento del cadáver. Se trataba de que el cuerpo, ya eternamente inerte de Miroslava, no mostrase esa pose grotesca, que resta del último movimiento de los vivos antes de convertirse en muertos. 

Otra actriz, Dolores Frausito, la maquilló antes de que se la llevasen al Panteón Francés de San Joaquín, donde fue incinerada.

Muchos años después, don Luis Buñuel, para quien fue la Lavinia de Ensayo de un crimen (1955), última película de la actriz, habría de recordar en sus memorias —Mi último suspiro (1982)—: “En una de las secuencias, Ernesto Alonso, el actor principal, quemaba en un horno de ceramista un maniquí que era la reproducción exacta de Miroslava. Muy poco tiempo después de terminado el rodaje, Miroslava se suicidó por contrariedades amorosas y fue incinerada según su voluntad”. Buñuel no oculta su sorpresa ante tan macabra coincidencia.

Atendiendo a tantas bellas páginas, leídas en mis queridísimos cuentos de miedo, quiere ello decir que Miroslava, al haber pedido ser incinerada, nunca será una muerta enamorada. Al parecer, las almas en pena, aunque etéreas, precisan un cuerpo —mera representación de su imagen espectral— para vagar por la eternidad. Desde luego, a la futura suicida, atractivo para ser una de esas criaturas de la noche que tanto gusta escuchar no le faltaba.

Ahora que la tónica empieza a ser que se hable de los asesinos de sí mismos con naturalidad —antes la norma era omitirlos, como ya he apuntado en anteriores entregas de estos artículos—, confesaré que tengo a otro suicida, el uruguayo Horacio Quiroga, entre mis cuentistas más estimados. Su miedo es verosímil, una historia como La gallina degollada (1909) podría ser cierta: “Los cuatro hijos idiotas del matrimonio Mazzini-Ferraz” dan muerte, a imitación de lo que han visto hacer en la cocina, a la única hermana que disfruta de todas sus facultades. Pero aún me parece más cierta la descripción de esa mecánica de la fatalidad de la que Quiroga extrae su materia literaria. Hay episodios en la vida de Miroslava que bien podrían ser una de las piezas reunidas por el uruguayo bajo el título de Cuentos de amor, de locura y de muerte (1917).

Nacida en la Praga de 1926, Miroslava nunca llegó a conocer a sus padres biológicos. Adoptada junto a su hermano Ivo por el psicoanalista Oscar Šternová (Stern) y su esposa, Miroslava Bečka Stern, quiso tanto al doctor y a su hermano Ivo, que fue a ellos a quienes dejó dos de las cartas que se encontraron junto a su cadáver y el frasco vacío de Ayerlucin. Hija de una familia acomodada y bendita con una belleza que se hacía notar, el futuro de la joven Miroslava tenía trazas de cuento de hadas. Todo lo contrario, le aguardaba una historia de terror. Dio comienzo cuando los nazis empezaron a poner en marcha su Reich de los mil años. No mucho después, los Stern fueron recluidos en un campo de concentración. Aunque, tras tres semanas de cautiverio consiguieron salir, la abuela se quedó allí. Nunca más la volvieron a ver.

Llegados a Méjico en el 41, el padre mandó a Miroslava a estudiar inglés a Nueva York. Datan de entonces sus primeras tentativas de suicidio. Tras la muerte de su madre en el 45, volvió a intentar quitarse la vida. En el cine debutó en el 46. Lo hizo a las órdenes de Gilberto Martínez Solares en Bodas trágicas. Ese mismo año 46 se casó con Jesús Jaime Gómez Obregón, de quien se separó a los pocos meses. En el 47 coincidió con Cantinflas, con quien mantuvo una relación sentimental, en A volar, joven, una comedia de Miguel M. Delgado. También se le atribuyen historias, entre otros, con Arturo de Córdova, Pedro Armendáriz —otro futuro suicida— y el estadounidense Steve Cochram. Nunca le importó el estado civil de sus amantes.

Trabajó en Hollywood en varias ocasiones y no necesariamente incorporando a personajes latinos, como era costumbre entonces en la pantalla estadounidense. De todas sus cintas en inglés se debe destacar La ley del juez Thorne (1955), un western del gran Jacques Tourneur que protagonizó junto a Joel McCrea. Además de con Ensayo de un crimen, de entre sus filmes mejicanos cumple dar noticia de El monstruo resucitado (Chano Urueta, 1953). Fue un primer acercamiento del fantástico de aquel país al ya mito de Frankenstein, y toda una influencia en el cine de Jesús Franco.

Imagen de portada: Miroslava Sternová

FUENTE RESPONSABLE: Zenda. Apuntes, Libros y Cía. Por Javier Memba. Editor: Arturo Pérez-Reverte. 28 de agosto 2022.

Sociedad y Cultura/Cinematografía/México

El legado que los vascos dejaron en América (además de los apellidos).

Amerikara noa ere nere borondatez / hemen baino hobeto izateko ustez… («Me voy a América por mi propia voluntad / con la esperanza de vivir mejor que aquí»…)

Así comienza una popular canción en euskera —el idioma de los vascos— que describe el largo viaje que millones de ellos hicieron para migrar a países de América en diferentes etapas de los últimos cinco siglos en busca de nuevas oportunidades.

Esta migración fue común desde muchos países a lo largo de la historia. Pero quizá lo más llamativo es que los vascos, que se reparten entre la Comunidad Autónoma del País Vasco (o Euskadi) y Navarra —en el norte de España— e Iparralde —en el suroeste de Francia—, dejaran una huella tan notable en América siendo una población que hoy apenas ronda los tres millones de personas.

«Obviamente, no puedes comparar un grupo tan pequeño con los millones de italianos que migraron allí y la impronta que dejaron… pero, cualitativamente hablando, los vascos sí que dejaron un importante legado», valora Óscar Álvarez Gila, coordinador del postgrado sobre Diáspora Vasca de la Universidad del País Vasco.

Pero ¿cuántos vascos llegaron a migrar?

«No lo sabemos y nunca lo sabremos», responde tajante a BBC Mundo. «En las estadísticas no existía la categoría ‘vasco’ para catalogarlos [eran registrados como españoles o franceses], y muchos de quienes migraban en el siglo XIX lo hacían de manera ilegal cruzando la frontera con Francia y tomando un barco».

Sin embargo, basado en estudios, testimonios y la presencia actual de descendientes, el experto cita como destinos preferidos de aquellos vascos migrantes Chile, Cuba, el oeste de Estados Unidos y México; aunque superados ampliamente por Uruguay y sobre todo Argentina, donde se dice que en torno al 10% de su población actual tiene algún antepasado vasco.

A excepción de quienes salieron exiliados por razones políticas tras la Guerra Civil española en 1939, la mayoría de vascos que viajaron a América en diferentes corrientes durante los últimos siglos lo hicieron en busca de oportunidades de trabajo a países con economías en expansión y con políticas de acogida para migrantes muy favorables durante décadas.

Era lo que entonces se llamaba salir a «hacer las Américas».

Mapa corrientes migratorias vascos América

«En alguno de esos países se pagaba mejor que en el País Vasco, así que viajaban para mejorar su vida y hacer capital con la idea de regresar convertidos en alguien, y muchas veces con la idea de ayudar a fundaciones, a escuelas… Así se convertían en figuras reconocidas. De ahí viene el concepto de ‘indiano'», le dice a BBC Mundo Josu Ruiz de Gordejuela, historiador y autor de varios libros sobre vasconavarros en México.

En BBC Mundo recopilamos junto a expertos una pequeña parte de todo ese legado que la diáspora vasca llevó hasta América y que permaneció (o se adaptó) hasta la actualidad.

Apellidos

Quizá, aunque ni siquiera lo sepas, en tu familia hay raíces vascas si tu apellido es Iturbide (que significa «camino de la fuente» en euskera), Elizondo («junto a la iglesia»), Ezeiza (de izei como «abeto»), Bolívar (bolu e ibar, «la vega del molino») y un largo etcétera. Según expertos, los vascos generaron unos 70.000 apellidos de los que hoy conservan unos 35.000.

Su presencia en América es tan amplia como, a veces, difícil de investigar. Primero, porque no todos son apellidos claramente identificables al no tener siempre una grafía en euskera; y segundo, porque muchos apellidos de origen vasco se extendieron después por otros territorios cercanos.

«El caso más emblemático es García, generado en el reino de Pamplona y que significa ‘joven’, pero que después fue llevado al resto de reinos de España. Por eso, tener hoy un apellido vasco como García no significa que tú lo seas. Es lo que llamamos ‘apellidos vascos generalizados'», le dice a BBC Mundo Jorge Beramendi, historiador y miembro de la Fundación Vasco Argentina Juan de Garay.

Manifestante con tapabocas con la bandera vasca

FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGES

Esta agrupación hizo un minucioso trabajo de investigación examinando guías telefónicas argentinas, padrones electorales y diccionarios para llevar a cabo la mayor recopilación de apellidos vascos en el país —unos 25.000— y que pueden consultarse en la web feriadellibrovasco.com

Otra dificultad para identificarlos es que muchos de estos apellidos fueron registrados al llegar a América de manera distinta por la similitud entre algunos sonidos (como «s» y «z»; «b» y «v», «c» y «k»…), por diferencias en las reglas ortográficas del euskera con los idiomas principales de los países donde se migraba, así como por la posterior estandarización del idioma en Euskadi y adopción de nuevos dígrafos como la «tx», pronunciada como la «ch» en español o «tch» en francés.

Todo esto dio lugar a que hoy existan múltiples variantes de un apellido, como ocurre con Etxeberria («casa nueva», en euskera) y Echeverría, Echebarria, Etcheverry, etc. También con Otxoa y Ochoa (que significa «lobo», aunque escrito como otsoa), Jauregi y Jáuregui («palacio»), Intxaurrondo e Inchaurrondo («nogal»), Berasategi y Berazategui, Apodaka y Apodaca…

Nombres geográficos (y el legado de personajes históricos).

Debido al gran número de vascos que participaron en las primeras expediciones que llegaron a América desde España, es habitual encontrar su huella en multitud de los nombres que elegían para bautizar zonas o ciudades que encontraban a su paso.

Es lo que hizo Francisco de Ibarra cuando nombró parte del norte de México como Nueva Vizcaya, en honor a la provincia vasca en la que nació. Si bien el nombre y sus límites no se conservan, sí continúa existiendo su capital Durango —en homenaje a otra ciudad vizcaína—, que hoy preside el estado mexicano del mismo nombre.

Escudos Durango y Vizcaya

FUENTE DE LA IMAGEN – WIKIPEDIA. El escudo del Durango mexicano (izquierda) es muy similar al que la Vizcaya vasca tenía hasta finales del siglo XX.

Ibarra, en Ecuador, fue fundada por orden del vasco Miguel de Ibarra y Mallea, y comparte nombre con otra Ibarra en el País Vasco. Otros nombres se perdieron como el de Nuevo Bilbao en Chile, que en el siglo XIX pasó a llamarse Constitución pero que aún conserva en su escudo el de la ciudad vasca sede del Museo Guggenheim.

Y aunque no le dejó un nombre vasco, solo un dato sirve para comprender la enorme influencia de aquel pueblo en Argentina: la segunda fundación de Buenos Aires en 1580 —bautizada entonces como Ciudad de Trinidad— corrió a cargo del vasco Juan de Garay.

Los mexicanos también encuentran vascos clave en su historia si pasean por el Ángel de la Independencia, donde reposan los restos del general navarro Francisco Xavier Mina que luchó junto a los insurgentes frente a España. Otros héroes nacionales como Juan Aldama, Ignacio Allende o Mariano Abasolo también provenían de familias vascas aunque ya nacieron en Nueva España.

Es el mismo caso que el de Agustín de Iturbide, hijo de vasco y primer emperador de México que, según historiadores, se definía sin embargo como «vasco de cuatro costados». Él fue quien adoptó la bandera tricolor del primer gobierno mexicano con el verde, blanco y rojo vigentes en la actualidad, así como el águila sobre el nopal en el escudo.

Iturbide

FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGES. Agustín de Iturbide se definía como «vasco de cuatro costados».

Pero el más destacado de los herederos de vascos en la independencia de América fue sin lugar a dudas Simón Bolívar, descendiente de quinta generación de un vizcaíno vecino del municipio de Ziortza-Bolibar que migró a Venezuela a finales del siglo XVI. En su juventud, el propio Libertador viajó a Euskadi para reencontrarse con sus raíces antes de convertirse en la figura clave de la independencia de varias naciones americanas.

También en el ámbito cultural encontramos influencias vascas. Sor Juana Inés de la Cruz, una de las más importantes figuras literarias de Nueva España, era hija de un guipuzcoano e incluso intercaló en algunas de sus obras referencias al País Vasco y varios versos en euskera.

Frontones

Antes de que el fútbol y el béisbol se convirtieran en deportes de masas en muchos países americanos, la pelota vasca ya atraía a multitudes a los frontones donde se practica desde hace siglos en sus diferentes modalidades.

Este deporte traído por los migrantes —y el negocio de las apuestas que lo acompañaba— levantaba auténtico furor en el continente, hasta donde viajaban algunos de los mejores pelotaris (jugadores de pelota) vascos para protagonizar giras multitudinarias.

Si en México o EE.UU. el deporte rey en el frontón era el jai-alai o cesta punta —jugada con una cesta de mimbre—, en Argentina la modalidad que continúa arrasando es la paleta y en trinquetes de canchas cerradas (con paredes en ambos laterales, al contrario que la mayoría de frontones de Euskadi que solo tienen pared izquierda).

Fronton

FUENTE DE LA IMAGEN -GETTY IMAGES. Los frontones vascos se popularizaron en varios países para acoger distintas modalidades de juego de pelota.

«En Argentina, el juego de pelota es todo un juego nacional en alguna de sus modalidades. En prácticamente todos los pueblos hay frontones donde siempre se jugó y se sigue practicando mucho. Es un legado muy tangible de los vascos en nuestro día a día», le dice a BBC Mundo Pablo Ubierna, historiador vascoargentino.

Solo en Ciudad de México llegaron a construirse al menos cinco grandes frontones, algunos de ellos inaugurados por el presidente de la época, Porfirio Díaz. Incluso el revolucionario Pancho Villa era tan aficionado que mandó construir un frontón en la hacienda en la que se acabó retirando en el norte del país.

Pero la llegada de más deportes, la legalización de las apuestas en otros ámbitos y cambios en las leyes de casinos hizo que los frontones perdieran su esplendor en muchos lugares. El año pasado, por ejemplo, EE.UU. echó el cierre al último del país en Dania Beach, Florida. En 2017, el Frontón México reabrió en la capital tras 20 años de inactividad en un intento por reflotar la tradición.

Villa

FUENTE DE LA IMAGEN – INAH. Pancho Villa, de blanco en el centro, era gran fanático de la pelota vasca.

Gastronomía

La gastronomía vasca, reconocida internacionalmente y con un gran número de estrellas Michelin por metro cuadrado en Euskadi, dejó también su impronta en América.

En el oeste de EE.UU., por ejemplo, se popularizaron los hoteles donde los pastores vascos pasaban los meses de invierno, comiendo todos juntos en largas mesas corridas y, generalmente, con un único plato en el menú que se ponía en el centro de las mesas para compartir.

Una vez que la migración de pastores fue desapareciendo y esos establecimientos se fueron abriendo al público general, este peculiar estilo de organización de los locales se mantuvo hasta nuestros días en lo que se llama «estilo casero» o «estilo familiar» de disfrutar de los restaurantes vascos en EE.UU.

En su oferta actual pueden encontrarse productos tan típicos como las alubias hasta otros que no son especialmente populares en el País Vasco. Es el caso del picón punch, un cóctel muy representativo de la migración vasca en EE.UU. a base de licor de hierbas, agua de soda y granadina que, sin embargo, es un absoluto desconocido en Euskadi.

Bacalao

FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGES. El bacalao a la vizcaína sigue presente en la cocina mexicana aunque con una receta diferente de la tradicional vasca.

La cocina vasca también vivió variaciones en México, donde uno de sus platillos clásicos de Navidad es algo tan tradicional en Euskadi como el bacalao a la vizcaína.

Sin embargo, la receta original que llegó al virreinato de lomos de pescado con una salsa de pimiento, tomate y cebolla se mezcló después con otros ingredientes como chiles güeros, almendras, aceitunas o papas para adecuarlo a los gustos mexicanos, quienes lo consumen desmigado.

En países como Chile preparan algunos platos acompañados de una «salsa vasca», aunque en Euskadi no exista tal concepto.

Y en Argentina, amantes declarados de la carne, muchos consideran los restaurantes vascos como únicamente especializados en pescado… aunque de sus cocinas también salen deliciosos pintxos (pequeñas tapas atravesadas por un palillo) y chuletones de buey o vaca.

Pintxos vascos

FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGES. También viajó a América parte de la gastronomía vasca, que tiene en los ‘pintxos’ uno de sus máximos exponentes.

Empresas y actividades económicas

La población migrante vasca realizó diversas actividades económicas en América desde su llegada, aunque en algunos países son recordados por algunas dedicaciones específicas que llevaron a cabo como la de pastores en EE.UU., panaderos en México, lecheros u otras actividades agrícolas en Argentina (donde fueron clave para consolidar aspectos como el uso de la boina en la indumentaria de los trabajadores del campo)…

Es en este concepto de «los vascos lecheros» de Argentina en el que se enmarca el éxito de la empresa láctea La Vascongada, fundada en 1908 por el vascofrancés Pedro Uthurralt. Hasta su quiebra a finales del siglo XX, varias generaciones de argentinos y uruguayos disfrutaron de uno de sus productos más carismáticos: la leche chocolatada Vascolet.

Ya en la actualidad, quizá muchas personas no saben que una de las marcas de cerveza más representativas de México en el resto del mundo tiene ADN vasco. Sí, el grupo fabricante de Corona (o Coronita, en España) fue creado por Braulio Iriarte, un navarro de Elizondo que migró a México siendo muy joven.

Iriarte pasó de trabajar como panadero a tener sus propias tiendas, crear la primera empresa en el país de fabricación de levadura para pan y ser artífice de una de las empresas cerveceras más populares en el mundo.

Gaucho

FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGES. Expertos reconocen influencia de parte de la vestimenta tradicional vasca en la de los gauchos argentinos.

Hoy en día, María Asunción Aramburuzabala -una de las herederas del emporio y con abuelo vasco- es la mujer más rica de México, según Forbes. Pero hay más casos de éxito en el país azteca.

Ángel Urraza, un joven vizcaíno llegado poco antes de la Revolución mexicana, prosperó hasta fundar Euzkadi, una compañía de llantas tan emblemáticas para el país que incluso en la película Goldfinger de James Bond se les hace referencia durante una escena ambientada en México.

Centros vascos

En arquitectura, hay numerosas construcciones herencia de la diáspora vasca.

El imponente edificio del colegio de las Vizcaínas en Ciudad de México fue el primer centro educativo laico para mujeres de toda América y el único que ha funcionado de manera ininterrumpida en el país desde que fuera fundado por vascos en 1767.

Pero si hay un lugar que simboliza la presencia de los vascos en el extranjero son las llamadas euskal etxeak o centros vascos, de los que el gobierno vasco tiene contabilizados cerca de 200 en el mundo. De ellos, casi la mitad están en Argentina.

Urkullu en el Laurak Bat

FUENTE DE LA IMAGEN – LAURAK BAT. El ‘lehendakari’ (presidente vasco), Iñigo Urkullu, visitó en 2018 el centro vasco Laurak Bat de Buenos Aires.

Estos centros nacieron inicialmente como lugar de acogida y ayuda mutua entre los vascos que cruzaban el océano hace décadas.

En la actualidad, tratan de mantener viva la identidad social y cultural vasca impartiendo clases de euskera, charlas, conciertos, clases de baile o partidos de pelota, entre muchas otras actividades.

«Pero somos una colectividad que no se ha quedado anclada en lo folclórico sino que está muy comprometida también con las causas políticas», le dice a BBC Mundo Arantxa Anitua, expresidenta del Laurak Bat de Buenos Aires, el centro vasco en activo más antiguo del mundo tras su fundación en 1877.

«Nos sentimos vascos, no franceses o españoles; la sociedad argentina lo entiende perfectamente y tiene una imagen muy valorada de nosotros. Pero aunque somos muy vascos, también somos profundamente argentinos», dice con pasión la actual presidenta de la Federación de Entidades Vasco Argentinas.

Si en Boise —capital del estado de Idaho y considerada epicentro de la diáspora vasca en EE.UU.—, decenas de miles de personas se congregan cada cinco años en un gran festival de cultura vasca organizado en torno a su basque block (barrio vasco) y museo vasco, en la capital argentina es cada año cuando miles toman la Avenida de Mayo para participar en el gran evento «Buenos Aires celebra al País Vasco».

Buenos Aires celebra al Pais Vasco

FUENTE DE LA IMAGEN – BUENOS AIRES CELEBRA AL PAÍS VASCO. Miles de personas participan en el festival anual de Buenos Aires para celebrar al País Vasco.

«Una vez me llamaron de la escuela de mi hijo para preguntarme si yo no era abogada, porque él había dicho que yo trabajaba ‘de vasca’, por eso de que es algo que menciono a todas horas», bromea Anitua.

Para ella, frente a otras nacionalidades presentes en Argentina que «se van diluyendo», el fuerte compromiso de sus componentes hace que la colectividad vasca en el país tenga el relevo generacional asegurado.

Este artículo es parte del Hay Festival Querétaro, un encuentro de escritores y pensadores que se realiza del 1 al 4 de septiembre de 2022.

Imagen de portada: Buenos Aires; Argentina. Día de las colectividades.

FUENTE RESPONSABLE: Marcos González Díaz; HayFestivalQuerétaro@BBC Mundo. 29 de agosto 2022.

Sociedad y Cultura/México/España/Argentina/Migraciones/EE.UU./

Uruguay/Idiomas/Hay Festival/Francia

Athos y Tango: la histórica condena de 10 años de prisión para un hombre que mató a dos perros rescatistas en México.

La muerte de Athos y Tango no ha quedado impune en México.

Si deseas profundizar en esta entrada; cliquea donde se encuentra escrito en «azul» .

Eran dos perros adiestrados del equipo de rescates de la Cruz Roja en el estado de Querétaro, los cuales fueron envenenados y murieron en junio del año pasado.

Un hombre, identificado como Benjamín «N», de 60 años, fue declarado responsable. Enfrentó un juicio que concluyó el lunes por el delito de crueldad animal.

Se trata del primer juicio que lleva a una condena por ese delito en México.

Una jueza en Querétaro emitió este martes un fallo de 10 años de prisión, sin derecho a fianza, así como el pago por reparación de daño equivalente a unos US$125.000.

«A decir de la juez, es una pérdida irreparable, incluso para la sociedad internacional, debido a las labores que realizaban Athos y Tango como parte de la Cruz Roja», dijo al diario Reforma la abogada Mónica Huerta, quien lideró la demanda contra el acusado.

Benjamín «N» aún tiene derecho a apelar la decisión, pero por ahora será internado en una prisión del estado.

¿Qué les pasó a Athos y Tango?

Athos era un perro Border Collie entrenado para hacer labores de rescate de personas desaparecidas.

Logró localizar a siete víctimas del terremoto del 19 de septiembre de 2017 en Ciudad de México. También participó en la búsqueda de sobrevivientes de la erupción de un volcán en Guatemala en 2018.

Un cuadro de Athos en un homenaje

FUENTE DE LA IMAGEN – CRUZ ROJA QUERÉTARO

Tango, de la raza Yorkshire, era un perro adiestrado para el apoyo psicológico de niños con trastornos de ansiedad, estrés postraumático y síndrome de Down.

Ambos eran parte del equipo de la Cruz Roja de Querétaro y estaban bajo el cuidado del entrenador Édgar Muñoz, quien los resguardaba en su domicilio de esa ciudad del centro de México.

El 13 de junio de 2021, según se determinó en el juicio, Benjamín «N» arrojó salchichas envenenadas con alcaloides y organofosforados a la calle en la que solían caminar los perros.

Athos y Tango fallecieron, mientras que Balam, un hijo de Athos, fue hospitalizado y pudo salvarse.

El hombre ya había amenazado a Muñoz porque le disgustaba la presencia de los perros en la calle que compartían como vecinos.

«El señor salió y dejó las salchichas tiradas y preparadas (…) Usó una combinación de venenos para asegurar que murieran más rápido», explicó Muñoz.

Según la defensa de Benjamín «N», el entrenador no los controlaba adecuadamente.

Varios miembros del equipo canino de la Cruz Roja en Querétaro

FUENTE DE LA IMAGEN – CRUZ ROJA QUERÉTARO. Los perros eran parte del equipo canino de la Cruz Roja en Querétaro.

La detención y juicio

Benjamín «N» fue acusado de crueldad animal, un delito por el que comúnmente las partes involucradas llegan a un acuerdo reparatorio y casi nunca terminan en un juicio.

Pero este caso fue llevado hasta las últimas instancias y desembocó en la detención de Benjamín «N» en 2021 y el juicio celebrado del 16 al 22 de agosto de este año.

El hombre de 60 años fue sentenciado por la jueza Alicia Basurto García, que lo condenó a 10,5 años de prisión y a pagar un monto de casi 2,5 millones de pesos por reparación del daño.

Para defensores de los animales, este caso es un precedente importante en México para la persecución del maltrato animal en ese estado y el resto del país.

Imagen de portada: CRUZ ROJA QUERÉTARO

FUENTE RESPONSABLE: Redacción BBC News Mundo. 23 de agosto 2022.

Sociedad y Cultura/Derechos de los animales/México/América Latina.

 

 

Ayotzinapa: 4 preguntas para entender el caso de los 43 estudiantes desaparecidos en México que fue calificado como «crimen de Estado».

En la noche del 26 de septiembre de 2014, 43 estudiantes de la Escuela Rural Normal de Ayotzinapa desaparecieron en la ciudad mexicana de Iguala, en el estado de Guerrero, y jamás se supo de ellos.

Desde entonces han pasado ocho años y la polémica continúa retumbando ante acusaciones de impunidad, corrupción y vínculos al narcotráfico en el crimen.

A la desaparición de los 43 se le conoce como el caso Ayotzinapa y es uno de los escándalos más mediáticos en la violenta historia del país.

Las últimas investigaciones lanzadas por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) lo califican como «crimen de Estado» e implican a funcionarios del «más alto nivel del gobierno» en el delito.

BBC Mundo te explica el caso y sus últimas consecuencias en cuatro preguntas.

1. ¿Cómo se produjo la desaparición de los estudiantes?

El estado de Guerrero, y en particular la ciudad de Iguala, es una zona clave en el trasiego de drogas y otras actividades ilícitas. Esto ha hecho que los enfrentamientos y colusión de intereses entre grupos delictivos e instituciones hayan sido frecuentes en las últimas décadas.

La Escuela Rural Normal de Ayotzinapa, por otra parte, tiene una larga tradición de lucha social y suele albergar a estudiantes de pocos recursos de las zonas marginadas del estado de Guerrero y otras regiones del país.

Mural en memoria de los 43 estudiantes desaparecidos en la Escuela Rural Normal de Ayotzinapa.

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Esta escuela fue elegida en 2014 como sede para organizar una movilización a Ciudad de México para participar en las marchas del 2 de octubre de 2014, en conmemoración de la matanza de Tlatelolco ocurrida en 1968.

La última versión del gobierno indica que el 26 de septiembre decenas de estudiantes de entre 17 y 25 años se trasladaron a Iguala para hacerse con autobuses que pudieran llevarles días después a la capital.

La policía municipal recibió reportes de supuestos secuestros de autobuses y altercados protagonizados por los estudiantes. Entonces se produjo la confrontación y agentes dispararon contra los vehículos que transportaban a los estudiantes.

En apoyo a los municipales de Iguala también acudieron policías de Cocula, Huitzuco y Tepecoacuilco.

Dos alumnos murieron esa noche y un tercero apareció también sin vida y con signos de tortura al día siguiente.

Decenas de jóvenes fueron detenidos y liberados después, pero jamás se supo qué pasó con otro grupo de 43 estudiantes.

Solo los restos de tres de ellos han sido identificados.

2. ¿Qué decía la primera versión del caso, conocida como «verdad histórica»?

Según la primera versión oficial de entonces, divulgada durante la presidencia de Enrique Peña Nieto, los desaparecidos fueron entregados aquella noche por policías municipales al grupo criminal Guerreros Unidos.

De acuerdo a esta versión, miembros de Guerreros Unidos confundieron a los jóvenes con integrantes de los Rojos, una banda rival, y los asesinaron para después incinerarlos en el basurero municipal de Cocula en Guerrero.

La investigación que llegó a estas conclusiones fue liderada por el ex procurador general de la República Jesús Murillo Karam y el jefe de investigación Tomás Zerón.

Esta versión, titulada como «verdad histórica», apuntaba que los estudiantes no habían acudido a Iguala por los autobuses, sino que su propósito era boicotear un acto de María de los Ángeles Pineda Villa, esposa del entonces alcalde de la localidad José Luis Abarca Velázquez.

Abarca y Pineda se encuentran hoy en prisión y fueron acusados por el exfiscal Murillo Karam de estar detrás de la desaparición de los estudiantes y de colaborar con grupos criminales.

Sin embargo, esta «verdad histórica» fue puesta en duda desde el comienzo por familiares de víctimas, organismos nacionales e internacionales y la administración de AMLO que arrancó en 2018.

3. ¿Por qué la «verdad histórica» fue cancelada?

La versión fue desestimada por el Grupo Independiente de Expertos Internacionales (GIEI), que durante casi dos años analizó el expediente del caso y realizó su propia investigación.

Y organizaciones como Amnistía Internacional estimaron que la «verdad histórica» no había «atendido adecuadamente la línea de investigación», demostrando la existencia de «una enorme red de complicidades que involucran a autoridades en todos los niveles del Estado mexicano».

Desde el inicio de su mandato en 2018, AMLO se comprometió a «encontrar la verdad sobre la desaparición de los estudiantes» y a los pocos días anunció la creación de la Comisión de la Verdad del caso Ayotzinapa (CVAJ).

AMLO durante un reporte sobre el caso Ayotzinapa el 26 de septiembre de 2020.

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En julio de 2020 la «verdad histórica» fue cancelada y el fiscal general de la República, Alejandro Gertz Manero, solicitó la captura de 46 exfuncionarios bajo acusaciones de desaparición forzada y delincuencia organizada. Entre ellos, el jefe de la investigación Tomás Zerón, quien se encuentra fuera de México.

Contra algunas de estas personas existían elementos para presumir alguna responsabilidad en el caso Ayotzinapa, dijo entonces el fiscal Gertz.

Pero en los casi seis años de la desaparición hasta entonces, los expedientes no se habían procesado.

«Es necesario dejar muy claro que estos delitos no habían sido ni investigados ni judicializados en las diligencias que en su momento realizó la PGR», dijo el fiscal Gertz Manero.

Ya en esta nueva etapa se descartó por completo la versión de que los estudiantes fueron incinerados.

Barranca del Carnicero en Cocula, donde fueron encontrados los restos de uno de los estudiantes desaparecidos.

FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGES. De los 43 estudiantes desaparecidos solo se han podido identificar los restos de tres de ellos.

4. ¿Qué dice el nuevo informe sobre el caso?

Las conclusiones preliminares de la CVAJ fueron finalmente presentadas este jueves 18 de agosto por Alejandro Encinas, subsecretario de derechos humanos del actual gobierno.

El informe estableció que en el crimen «concurrieron integrantes delictivos del grupo Guerreros Unidos y agentes de diversas instituciones del Estado mexicano».

«La creación de la ‘verdad histórica’ fue una acción organizada del aparato del poder, desde el más alto nivel del gobierno, que ocultó la verdad de los hechos, alteró las escenas del crimen, ocultó los vínculos de autoridades con el grupo delictivo y la participación de agentes del Estado, fuerzas de seguridad y responsables de la procuración de justicia en la desaparición de los estudiantes», dice el informe de la CVAJ.

Las primeras consecuencias no se hicieron esperar y este viernes detuvieron en México al exfiscal de la República Jesús Murillo Karam «por desaparición forzada y tortura en el caso Ayotzinapa».

Ex fiscal general de México Jesús Murillo Karam.

FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGES. Murillo Karam fue detenido este viernes en México tras revelarse las conclusiones preliminares de la Comisión de la Verdad del caso Ayotzinapa.

Además, la Fiscalía anunció que se libraron otras 83 órdenes de aprehensión en el estado de Guerrero contra mandos militares y personal de tropa, policías locales y estatales y autoridades administrativas y judiciales, así como contra miembros del grupo criminal Guerreros Unidos por su presunta vinculación con el caso.

Veintiséis personas clave vinculadas han muerto por ejecución, accidente o muerte natural a lo largo de la investigación, lamentó Encinas durante la presentación del informe.

Además de concluir que la desaparición de los estudiantes constituyó «un crimen de Estado», el informe también apunta que:

  • Autoridades federales y estatales del más alto nivel fueron omisas y negligentes, existiendo elementos de presunción respecto de alterar hechos y circunstancias para establecer una conclusión ajena a la verdad de los hechos.
  •  
  • En todo momento las autoridades federales, estatales y municipales tuvieron conocimiento de la movilización de los estudiantes desde su salida de la Escuela Normal Isidro Burgos hasta su desaparición, y sus acciones, omisiones y participación permitieron la desaparición y ejecución de los estudiantes, así como el homicidio de otras seis personas.
  •  
  • El grupo delictivo actuó con un amplio número de sicarios y halcones, a partir de un mando central y al menos tres células de halcones y sicarios, con el apoyo de distintas policías municipales y agentes del Estado.
  •  
  • Existen indicios suficientes para que la FGR (fiscalía general de la República) inicie o continúe las indagatorias para el deslinde de responsabilidades en contra de integrantes de Guerreros Unidos, funcionarios municipales y funcionarios federales.
  •  
  • No hay indicio alguno que los estudiantes se encuentren con vida. Por el contrario, todos los testimonios y evidencias acreditan que éstos fueron arteramente ultimados y desaparecidos

El resto de conclusiones y más detalles del informe fueron publicados en los canales oficiales del gobierno de México.

La BBC no se hace responsable del contenido de enlaces externos.

Imagen de portada: GETTY IMAGES

FUENTE RESPONSABLE: Redacción BBC News Mundo. 20 de agosto 2022.

México/Violencia/Violencia en América Latina/Narcotráfico

 

El boom del sotol, el licor que estuvo perseguido en México (y la polémica con los productores de Texas por quién puede elaborarlo).

«En mi pueblo acostumbran a decir: ‘Vamos a hacer la mañana’. Y lo primero que hacen al levantarse es tomar una copa de sotol».

Jesús Miguel Olivas, profesor e investigador de la Facultad de Ciencias Agrícolas de la Universidad Autónoma de Chihuahua, habla del único destilado mexicano que no se hace a partir de un maguey o agave, de una bebida que, aunque ancestral, es para muchos una gran desconocida.

El sotol integra la historia y el paisaje cultural de Chihuahua, Coahuila y Durango, los tres estados del norte de México en los que se produce.

«Forma parte de nuestra identidad. Está presente en corridos, en la poesía, en la literatura. Es un legado de esta región», le dice a BBC Mundo Ricardo Pico, vicepresidente del Consejo Certificador del Sotol. Por ello, está protegido con una denominación de origen.

Dasylirion en el Parque Nacional Big Bend, parte del desierto chihuahuense, en en suroeste de Texas.

FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGES. El sotol es el único destilado mexicano que no se elabora a partir de un maguey o agave.

Y es, además, un mercado en expansión. «Comercialmente hablando, es lo que era el mezcal hace 12 años», asegura Pico, comparándolo con el espirituoso mexicano cuya producción ha aumentado en ese periodo de los 500.000 a los 6,5 millones de litros al año. Aunque no hay cifras oficiales, los entrevistados para este artículo concuerdan en que hay un boom del sotol.

Ahora, hay quien ve ambos aspectos del sotol —la identidad que representa y su potencial comercial— amenazados.

Y es que también se ha empezado a hacer del otro lado de la frontera, en Estados Unidos.

La polémica sobre quién tiene derecho a elaborarla está servida.

Conocimiento ancestral

La palabra sotol proviene del vocablo náhuatl tzotollin, que significa el dulce de la cabeza.

La bebida conocida con ese nombre se elabora con distintas especies del género Dasylirion, una planta nativa del desierto chihuahuense que resiste las extremas temperaturas —hasta mínimas de -14°C en invierno y 42°C en verano— de ese ecosistema semiárido que abarca la zona norte de México y el suroeste de Estados Unidos.

Mapa de las zonas en las que crece la planta del sotol

Ya en tiempos prehispánicos, las comunidades originarias de ese vasto territorio se servían de ella, principalmente para alimentarse.

«Asaban el corazón, conocido como piña, y hacían una especie de pastas que se podían almacenar. Eran una buena fuente de carbohidratos», le dice a BBC Mundo Jeffrey Keeling, profesor de biología y gestión de recursos naturales de la Facultad de Agricultura y Ciencias Naturales de la Universidad Estatal Sul Ross en Alpine, Texas.

Los rarámuri o tarahumaras, quienes le siguen llamando sereque, la usaban también para hacer utensilios —no por nada en inglés se conoce también como dessert spoon, cuchara del desierto—, canastas, zapatos y artesanías, o con fines medicinales, por sus propiedades antibióticas.

Detalle de las flores de una planta de sotol.

FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGES. Detalle una planta de sotol.

Y elaboraban con ella un brebaje fermentado, similar al pulque que se hace con agave en otras zonas de México, de muy baja graduación, para usos ceremoniales ya desde hace 800 años, apunta el experto.

La destilación llegaría después, cuando los españoles trajeron consigo la técnica en el siglo XVI, y la bebida se empezó a parecer a la que se conoce actualmente.

Fermentación y destilado

Han pasado siglos desde aquello, pero el proceso de elaboración no ha variado mucho en décadas y su producción hoy sigue siendo mayoritariamente artesanal y en algunos casos semi industrial, señala Pico.

Antes que nada, hay que cortar la planta, que crece de forma silvestre.

Hombre corta la cabeza de una planta de sotol.

FUENTE DE LA IMAGEN – ÁNGEL VALDEZ. Son las cabezas de la planta, también llamadas piñas, las que se llevan a la vinata.

Aunque Olivas lidera un proyecto de la Facultad de Ciencias Agrícolas de la Universidad Autónoma de Chihuahua, que nació en 1996, centrado en la domesticación de la especie, con el objetivo de que en un futuro pueda haber plantaciones y la producción sea sostenible.

«Si no nos aseguramos de establecer plantaciones, es muy probable que si sigue creciendo el interés en la bebida, a mediano plazo nos veamos en problemas para tener materia prima», le dice a BBC Mundo.

Una vez cortado el tallo o piña, ya en la vinata o destilería se cuece en rudimentarios hornos construidos a ras de suelo.

Las piñas cocinadas se someten a un proceso de molienda para reducirlas a trozos pequeños, a los que luego se les añade agua para que inicie la fermentación.

Piñas o cabezas de la planta de sotol en un horno rudimentario construido a ras de suelo.

FUENTE DE LA IMAGEN – ÁNGEL VALDEZ. Finalmente, el doble destilado permite obtener una bebida con un volumen alcohólico del 45%.

«Tiene cosas en común con las producciones tradicionales de otros destilados, como el ‘perlado’, una técnica basada en la observación para calcular la graduación etílica, pero también muchísimas diferencias», le dice a BBC Mundo Faridy Bujaidar, antropóloga especializada en bebidas espirituosas del norte de México.

«El tequila, el mezcal y el sotol, cada uno tiene su trayecto histórico, sus sabores y aromas particulares. Son conocimientos regionales muy focalizados», añade.

Perlado del sotol

FUENTE DE LA IMAGEN – ÁNGEL VALDEZ. Con el perlado se calcula el volumen alcohólico.

La mayor disimilitud es quizá el volumen de producción. Ya comentamos cuánto mezcal se genera al año en el país, una cifra que palidece frente a la del tequila: 350 millones de litros en 2021, según el Consejo Regulador del Tequila.

Mientras, la entidad homóloga del sotol estima que de este se producen anualmente 500.000 litros, cerca del 80% en Chihuahua y el resto a partes iguales en Coahuila y Durango.

«A los ojos del consumidor somos una bebida emergente, aunque sea ancestral», dice su presidente, Efraín Maldonado.

El Consejo calcula que en México hay unos 40 productores tradicionales.

Décadas de persecución

Este panorama es la herencia de la persecución que sufrieron los sotoleros durante décadas, apunta Pico, vicepresidente del Consejo Regulador del Sotol.

Se debió a una combinación de factores, explica, entre ellas la influencia de la prohibición de los destilados a principios del siglo pasado en el estado aledaño de Sonora y la Ley Seca vigente de 1920 a 1933 al otro lado de la frontera, en Estados Unidos, además de una «corriente de pensamiento conservador en México según la cual el alcohol corrompía la sociedad».

«Aunque no hubiera una ley per se en el país que prohibiera la actividad sotolera, la policía conocida como ‘la acordada’ llegaba a las comunidades, para en teoría checar que se cumplían las normas ambientales y sanitarias, y les confiscaba el equipo a los vinateros o los llevaban presos», cuenta.

Hombre cortando un Dasylirion.

FUENTE DE LA IMAGEN – ÁNGEL VALDEZ. Las plantas a partir de las cuales se hace el sotol se encuentran en estado silvestre.

Eduardo Arrieta, «Don Lalo», maestro sotolero de cuarta generación del municipio de Aldama, Chihuahua, conoce bien la historia.

En parte porque se la contó su abuelo, quien se llamaba igual que él, y en parte porque la vivió en carne propia.

«Mi abuelo empezó en el sotol muy joven, en 1920, cuando andaba en la Revolución con Pancho Villa», le dice a BBC Mundo.

«‘Quítame esa vinata’, le dijo Pancho Villa un día que pasó por allí a caballo, pero mi abuelo no hizo caso, así que cuando volvió lo agarraron, lo ataron y le dieron con un sable. Según ellos esa era la ley aquí antes», cuenta.

Cuando mataron al «centauro del norte» en 1923, el abuelo de Don Lalo siguió destilando y le enseñó el oficio a su hijo, quien después haría lo propio con el suyo.

Las piñas se cuecen en rudimentarios hornos construidos a ras de suelo.

FUENTE DE LA IMAGEN – ÁNGEL VALDEZ. Las piñas se cuecen en rudimentarios hornos construidos a ras de suelo.

«A mí todavía me tocó esconderme cuando llegaron los de a caballo (la policía), para que no me hallaran y me llevaran. Nos destruían el alambique donde hacía uno el vino (sotol), lo balean para que ya no sirviera», recuerda.

Pico, del Consejo Regulador del Sotol, analiza aquello —que duró hasta finales del siglo pasado en ciertas zonas— con perspectiva.

«La persecución quizá actuó a nuestro favor porque, ¿quién sabe?, de otra manera quizá hubiéramos acabado ya con la planta», dice. «O nos hubiéramos convertido en otro Tequila, Jalisco, con una industria completamente desarrollada y millonaria».

Protección institucional

Para caminar en esa dirección y ordenar y proteger la producción del sotol en Chihuahua, Coahuila y Durango, se creó en 2002 la denominación de origen.

Destilando sotol en una vinata.

FUENTE DE LA IMAGEN – ÁNGEL VALDEZ. La última fase de la elaboración del sotol es la destilación.

Una denominación de origen (D.O.) es un sello que certifica que un producto es originario de una zona geográfica particular, que en ella se llevan a cabo todas las fases de producción, y que a esto se deben la calidad y las características del mismo.

Una de las más famosas es la del champán, que dicta que solo se le puede llamar así al vino espumoso elaborado en la zona francesa de Champagne o la Champaña.

La D.O. del sotol está reconocida a nivel internacional por la Organización Mundial de la Protección Intelectual, en 2005 nació el Consejo Mexicano del Sotol y más recientemente, en 2017, el Consejo Certificador.

Hoy el producto se vende dentro y fuera de las fronteras mexicanas.

«El mejor mercado para el sotol en México está, curiosamente, allí donde se producen otros destilados, porque se valora ese tipo de producto: en Oaxaca, Jalisco, y, por supuesto, Ciudad de México», informa Pico.

«En Estados Unidos se vende en Texas y California sobre todo, y existe un mercado emergente, en constante crecimiento, en Arizona, Nueva York, Colorado e Illinois».

El problema que ven muchos en la industria del sotol en México es que EE.UU. está dejando de ser meramente consumidor y ha empezado a producir, aunque aún de forma muy focalizada, concretamente en Texas.

Y es que el sotol, a diferencia del tequila y el mezcal, no está reconocido como bebida distintiva de México por el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

¿Quién tiene derecho a producir?

En enero, Sandro Canovas se plantó fuera de una destilería en Marfa, Texas, con un megáfono en la mano y gritó: «¡El sotol es mexicano! ¡Boicot a estos buitres culturales! No apoyen a los ladrones».

Y repartió entre clientes y curiosos unos papeles en los que se leía: «Ten en cuenta que Marfa Spirit Co. opera a diario bajo estas premisas: a) apropiación cultural; b) el flagrante desprecio de la denominación de origen que pertenece a Chihuahua, Durango y Coahuila en México; c) ningún compromiso ni acciones o programas hacia la sostenibilidad en la producción de sus bebidas espirituosas».

Dasylirion en el Parque Nacional Big Bend, parte del desierto chihuahuense, en en suroeste de Texas.

FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGES. Dasylirion en el Parque Nacional Big Bend, parte del desierto chihuahuense, en en suroeste de Texas.

Fundado en 2021 por Morgan Weber, con una amplia experiencia en el sector de la restauración y al frente de bares especializados en licores mexicanos, Marfa Spirit Co. es una de las empresas que está produciendo destilado a partir de Dasylirion en Texas.

«Están robando patrimonio cultural, una de las tradiciones tangibles más viejas de la región del norte de México junto al adobe —él es adobero— y quitándoles el negocio a los maestros mexicanos que han hecho esto durante generaciones», le dice a BBC Mundo el activista.

Cánovas empezó a alzar la voz sobre la cuestión en distintos eventos, hablando con sotoleros y otros miembros de la industria, tocó la puerta de las autoridades.

Pronto una confederación de productores mexicanos, el Grupo de Sotoleros El Potrero del Llano, publicó un comunicado condenando que varias destilerías texanas estuvieran usando la palabra «sotol» en sus productos.

Las autoridades chihuahuenses mantuvieron una serie de reuniones sobre la protección de la producción del sotol en el estado, a medida que la conversación llegaba a los ciudadanos.

Y en su edición del 17 de febrero el diario Hechos de Chihuahua publicó en portada este titular: «Sin respetar la denominación de origen, Texas produce sotol».

Las piñas cocinadas se someten a un proceso de molienda

FUENTE DE LA IMAGEN – ÁNGEL VALDEZ. Las piñas cocinadas se someten a un proceso de molienda.

Preguntado por la posición Consejo Regulador del Sotol sobre la cuestión, su presidente Efraín Maldonado es tajante:

«La norma denominación de origen es clara: a lo que se produzca en los tres territorios (Chihuahua, Coahuila y Durango) se puede le llamar sotol, a lo producido fuera no. Puede ser cualquier otro licor, destilado, pero no se le puede decir sotol».

Weber, el dueño de Marfa Spirit Co., quien hizo equipo con Jacobo Jáquez, del veterano Sotol Don Celso, para elaborar su producto, se defiende haciendo referencia justamente a eso.

«La denominación de origen no dice nada sobre el uso de la planta para hacer una bebida», le dice a BBC Mundo.

«Sería una locura que, si tuvieras acceso a uvas, alguien te dijera que no puedes hacer vino espumoso. Lo puedes hacer. Otra cosa es que le puedas llamar champán. Y yo tengo acceso a las plantas de sotol».

Por ello, aunque en las etiquetas viejas de sus botellas se leía Chihuahuan Desert Sotol, las más recientes dicen Far West Texas Desert Spirit, a lo que se le añade que está hecho en un 100% con sotol.

«Es importante honrar la tradición y nosotros no le llamamos sotol por respeto, le decimos licor del desierto. Pero las normas federales requieren que se incluyan los ingredientes en el etiquetado, así que tenemos que poner que viene de la planta sotol, como comúnmente se le llama», explica.

«Nos critican mucho, que estamos violando la denominación de origen, cosa que no hacemos. Lo hacemos todo desde el respeto», insiste.

Sin embargo, otras compañías les siguen llamando a sus destilados Texas sotol.

Shot de destilado reposado o añejo con dos pedazos de naranja.

FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGES. Para hacer las variedades reposado y añejo se guarda el sotol en barricas de roble americano desde 4 hasta más de 12 meses.

Maldonado ve difícil que se deje de producir al otro lado de la frontera y cree que el futuro pasará por integrar a las destilerías estadounidenses en la industria ya existente.

«Quizá en algún momento, después de que las autoridades estatales y federales mexicanas puedan tocar base con las autoridades de Estados Unidos, y si encontramos un mecanismo que sea también benéfico para la industria de aquí, entonces a lo mejor nos podríamos sentar y negociarla», añade.

Mientras, sigue trabajando en «ordenar» la industria, para que los sotoleros pequeños también puedan certificar su destilado y beneficiarse de la denominación de origen, y en unir fuerzas con las entidades de Coahuila y Durango.

«El mercado está creciendo y cada vez existe una mayor necesidad de que se difunda la tecnología para plantaciones», dice el doctor Olivas.

«Y también que el público se entere de la calidad, el origen y lo que representa técnica, cultural, social y económicamente el sotol. Es importante que la gente sepa todo lo que hay detrás de una copita de sotol», añadió durante el Festival del Agave, precisamente en Marfa.

La copa que, en su pueblo, toman temprano «para hacer la mañana».

Imagen de portada:GETTY IMAGES. El sotol se clasifica en el mercado como blanco, reposado y añejo.

FUENTE RESPONSABLE: Leire Ventas, Corresponsal de BBC Mundo en Los Ángeles. 15 de julio 2022.

Sociedad y Cultura/México/Agricultura/EE.UU./Negocios

 

 

Gruta del Duende, el místico lugar de Puebla para descender al ‘centro de la tierra’.

La Gruta del Duende es un maravilloso y místico lugar que puedes visitar en tu próximo viaje a Puebla, un espacio en el que te sentirás como en el camino hacia las entrañas de la tierra.

Si deseas profundizar esta entrada; cliquea por favor donde se encuentre escrito en “azul”. Muchas gracias.

En México tenemos la oportunidad de conocer lugares maravillosos sin la necesidad de ir tan lejos o gastar mucho de nuestro presupuesto en boletos de avión, ya que muy cerca de la CDMX, existen maravillas naturales que nos permiten tener momentos especiales con nuestros seres queridos o en un viaje solitario, donde exploramos sitios nunca antes vistos y tenemos la posibilidad de sentir de cerca la adrenalina correr por nuestras venas, espacios fascinantes que debemos conocer en cada ruta planeada por el interior del país. 

En el estado de Puebla, una entidad muy basta y rica en elementos naturales, podemos disfrutar de varios puntos de interés maravillosos, diseñados por la madre tierra, para aventurarnos en un viaje hacia su interior, donde se nos da la posibilidad de disfrutar de grandes aventuras que todo amante de los deportes extremos y las emociones fuertes disfrutará, especialmente al hacer un recorrido entre las famosas Grutas del Duende, el místico lugar poblano donde podrás adentrarte en el centro del planeta para explorar sus más bellos secretos. 

¿Dónde se ubica la Gruta del Duende? 

La Gruta del Duende es un destino muy encantador, pero poco explorado dentro del estado de Puebla, una de las atracciones del Pueblo Mágico de Cuetzalan del Progreso que debes conocer en tu próximo viaje a este encantador destino. 

Se localiza a sólo 20 minutos caminando, desde la cabecera municipal de este destino y en automóvil te tomará sólo cinco minutos de recorrido, para adentrarte a un maravilloso mundo natural, que en su exterior se compone de varios sedimentos rocosos espectaculares, un espacio que le fascinará a los exploradores amantes de los deportes extremos, el senderismo y todo lo relacionado con el mundo de las rocas. 

Gruta del Duende

Ven a explorar el interior de nuestro planeta en un recorrido mágico/Foto: Para poder llegar hasta el interior de esta bella gruta, puedes hacer un descenso simple por las escaleras que se encuentran aquí, pero existe otra opción para los más intrépidos, ya que también se puede bajar al interior por medio de rappel. El punto de anclaje de descenso es de una altura máxima de 128 metros, una aventura completamente recomendada para aquellas personas que tienen buena condición física y no le temen a los retos, pues bajar de esta forma representa todo un esfuerzo donde tus brazos y piernas deberán estar preparados para aguantar llegar hasta la parte baja. 

Esta gruta cuenta con 2,800 metros y una profundidad de 128 metros, dos puntos de anclaje para realizar bajadas en rappel, dos accesos acuáticos a los cuales puedes llegar a través de dos ríos subterráneos que pasan justo por debajo de esta gruta y desembocan en la cascada Las Brisas, cuenta con una zona de campamento al exterior de la gruta y un área de fogata para que el frío sea lo menos preocupante, pues vivirás momentos extraordinarios en este lugar tan maravilloso, creaciones de la naturaleza que nos brindan instantes muy agradables, donde podemos apreciar las bondades del territorio nacional. 

Imagen de portada: Gentileza de Viajes y Turismo

FUENTE RESPONSABLE: Destinos. Por Iris Oropeza. 12 de julio 2022.

Sociedad y Cultura/México/Atracciones turísticas.

 

 

«La revuelta de la bandera del oso»: los 25 días en los que existió la República de California (y por qué se sigue llamando así en la bandera oficial del estado).

Fue un efímero episodio en la historia estadounidense y sin embargo tuvo un alcance mayor del que nadie en aquel entonces se hubiera imaginado.

La República de California, que existió durante apenas 25 días entre junio y julio de 1846, sentó la base del ingreso de dicho territorio en Estados Unidos.

Pero su legado más visible es la actual bandera oficial del estado, que ondea ubicua y se reproduce una y mil veces en postales, camisetas, tazas y demás merchandising de lo cool.

Es muy probable que la reconozcas: sobre fondo blanco, tiene como motivos centrales un oso grizzly o gris — Ursus arctos horribilis, una subespecie del oso pardo que hace años desapareció de estos lares y hoy solo se encuentra en zonas del noroeste de Estados Unidos, Canadá y la península de Kamchatka (Siberia)— que camina sobre el verde pasto y una estrella roja.

En la parte de abajo, encima de una franja roja y con una tipografía sans-serif, lleva escrita California Republic.

GETTY IMAGES. Chapas con la bandera de California.

La bandera rinde homenaje a la aquella que izaron hace 176 años en la plaza de Sonoma, un pueblo —hoy ciudad — al norte de San Francisco, unos colonos estadounidenses de origen europeo que se habían levantado contra el gobierno de México, al que pertenecía entonces aquel territorio llamado Alta California.

Fue precisamente por el estandarte rebelde que aquel evento se conoce como la Revuelta de la Bandera del Oso.

Pero los expertos concuerdan que su origen se empezó a gestar en el territorio vecino: Texas.

El precedente de Texas

A mediados del siglo XIX México controlaba vastas extensiones en lo que hoy es el suroeste de Estados Unidos.

Profundamente desgastado y empobrecido por los 11 años de guerra que desembocaron en su independencia y con el objetivo de mejorar su economía, el gobierno mexicano impulsó la colonización de dichos territorios, entre ellos las Californias, Nuevo México y Texas.

Para ello, permitiría vender cantidades de terreno a bajo precio, a crédito y con exención de impuestos y de aduanas por cinco años a todo extranjero que quisiera convertirse en ciudadano mexicano y se comprometiera a acatar las leyes mexicanas.

1852, mapa de Levasseur con la República de Texas.

FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGES

Como consecuencia, un gran número de personas procedentes de otros países se asentaron en las fértiles planicies de Texas y se convirtieron en ciudadanos legales, incluida una multitud de estadounidenses. Según informes del general después insurgente Manuel Mier y Terán, por cada mexicano había por aquel entonces ocho angloparlantes.

Las tensiones cada vez más marcadas entre la población desembocaron, en 1835, en una rebelión de separatistas de la que nació la República de Texas, una nación independiente encabezada por colonos que duró hasta que en 1845 el Congreso estadounidense votó por anexionarla a la unión.

En enero del siguiente año el presidente James K. Polk autorizaría al general Zacarias Taylor avanzar con sus tropas hacia el río Bravo (río Grande para EE.UU.), territorio mexicano. Y tras enfrentamientos con las tropas del ejército de México, EE.UU. les declaró la guerra en marzo de 1846.

Zacarias Taylor dirige a sus tropas en la batalla de Buena Vista, durante la guerra entre México y Estados Unidos (1846-1848).

FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGES. El general Zacarias Taylor avanzó con sus tropas hacia el río Bravo, territorio entonces de México.

De la declaración de guerra de EE.UU. a México no se sabría en Alta California hasta julio, pero con el precedente de Texas, los californios —habitantes mexicanos— eran conscientes de que su gobierno era «demasiado pobre, inestable y débil» para evitar que los colonos estadounidenses tomaran el control.

Así le dice a la revista History Linda Heidenreich, quien en su libro This Land Was Mexican Once («Esta tierra fue una vez mexicana») examina la experiencia latina en la Revuelta de la Bandera del Oso y otras insurrecciones.

Fue en ese contexto que el explorador y oficial del ejército estadounidense John C. Frémont llegó al fuerte de Sutter (cerca del actual Sacramento, capital del estado de California) con un grupo de soldados.

Oficialmente en una expedición científica, no está claro si le fue encomendada por el presidente la tarea de alentar una rebelión de estadounidenses también en Alta California.

Sea como fuere, «se corrió la voz, fuera cierto o no, de el gobierno mexicano se estaba preparando para expulsar a todos los estadounidenses, y de que se tendrían que marchar sin su ganado ni sus armas», le cuenta a BBC Mundo la cronista local y veterana periodista Gay LeBaron.

Vista aérea de Sonoma.

FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGES. Vista aérea de Sonoma.

«Y la idea de dejar Alta California así y volver a adentrarse en el vacío, porque por aquel entonces todo entre California y el río Misuri era territorio indio (de pueblos originarios), era abrumador», prosigue. «Ese es el argumento que ha pasado a la historia como razón para el inicio de la Revuelta de la Bandera del Oso».

El levantamiento de «los osos»

El 10 de junio un grupo de colonos liderados por el cazador de pieles Ezekiel Merritt cruzó el río Sacramento y tomó rumbo a Sonoma.

Se hacían llamar «los osos», inspirados por el animal que por aquel entonces aún habitaba el valle. La insurrección era inminente.

Los bear flaggers eran colonos estadounidenses que se levantaron contra la autoridad mexicana y declararon California república.

FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGES. Los bear floggers eran colonos estadounidenses que se levantaron contra la autoridad mexicana y declararon California república.

En el camino se les fueron juntando más hombres, hasta sumar unos 30 para cuando llegaron al municipio el 14 de junio, según recogió en sus crónicas sobre el oeste el historiador y etnólogo Hubert Howe Bancroft.

Allí rodearon la casa del comandante militar Mariano G. Vallejo, quien tras una breve negociación se rindió y al que hicieron prisionero.

Apenas 24 horas después de la llegada de los «osos», el estandarte rebelde ondeaba en la plaza de Sonoma.

La fabricación de la bandera fue supervisada por William L. Todd, sobrino de Mary Todd, esposa del futuro presidente Abraham Lincoln, se cuenta en la página del Museo de California, un centro estatal ubicado en Sacramento.

Diseño original de la bandera del oso.

FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGES. Diseño original de la bandera del oso.

Una mujer california donó un pedazo de muselina marrón claro, y la pareja de John Sears, uno de los rebeldes, le cosió en la parte baja una franja roja arrancada a una enagua. Después dibujaron una estrella en la esquina superior izquierda y un oso al lado, con una mezcla parduzca hecha de polvo de ladrillo, aceite de linaza y pintura roja veneciana, y escribieron California Republic en negro, en el centro.

Había nacido una república, tal como lo proclamó William Ide, a quien los rebeldes eligieron como su líder. Aunque no duraría mucho.

El 26 de junio Frémont comenzó oficialmente su campaña para anexionar California a EE.UU., partiendo del fuerte Sutter con 130 hombres, relató Bancroft. Llegó a Sonoma el 3 de julio e inmediatamente se puso al mando de los «osos».

John C. Frémont.

FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGES. John C. Frémont.

Cuatro días después, el 7 de julio, una fragata y dos balandras de la Armada estadounidense, bajo las órdenes del comodoro John D. Sloat, derrotaron a la Guardia Costera mexicana del puerto de Monterrey, California.

En vista de ello, los bear flaggers abandonaron la idea de crear una república independiente y se sumaron a la lucha para incorporar Alta California a EE.UU.

La bandera de las barras y las estrellas sustituyó a la del oso en la plaza de Sonoma.

La invasión estadounidense a México terminó con el Tratado de Guadalupe-Hidalgo en 1848, por el que este último cedió formalmente Alta California y con otros territorios y la frontera de Texas se estableció en el río Bravo. EE.UU. pasó a tener así 2,1 millones de kilómetros cuadrados más bajo sus dominios. Y el territorio mexicano se redujo en un 55%.

La forma en la que California se anexionó a EE.UU. marcó totalmente las dinámicas futuras de ese estado, le dice a BBC Mundo Alex Abell, periodista y autor de Under the Burning Sunset («Bajo el sol ardiente»), una saga de la era de los ranchos de California.

Cartel que dice California, la forma del estado y una imagen de la bandera.

FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGES

«Si hubiera ingresado voluntariamente a la unión, podría haber importado sus propias leyes y costumbres, pero como territorio conquistado, estaba sujeto a las leyes estadounidenses», explica.

«Y los californios habían instituido un gobierno democrático, paternalista y a menudo acosado por conflictos políticos, pero multiétnico y racialmente integrado, mientras que los estadounidenses, entre otras cosas, negaban los derechos civiles a negros y a nativos», prosigue.

Heidenreich también apunta a un cambio en las jerarquías sociales: «Tanto en California como en Texas se creó un nuevo sistema racial. Y aquellos que se habían considerado españoles o blancos pasaron a ser vistos como marrones o a ser llamados greasers», le dijo a la revista History. Eran ya ciudadanos de segunda en su propia tierra.

Pasaporte falso de California.

FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGES

Esto nunca pudo ser posible.

El panorama se afianzaría con el descubrimiento de oro en Coloma, cerca de Sacramento. La consiguiente «fiebre del oro» transformó a California de una región escasamente poblada a un bullicioso centro económico controlado por estadounidenses blancos.

Pero a todo esto, ¿qué fue del la «bandera del oso»?

De la bandera de la república a la del estado

El estandarte original que enarbolaron los rebeldes en Sonoma fue eventualmente donado a la Sociedad de Pioneros de California, establecida en 1850.

«Pero se perdió durante el gran terremoto e incendio de San Francisco en 1906», le explica a BBC Mundo Ted Kaye, secretario de la Asociación Norteamericana de Vexilología (NAVA, por sus siglas en inglés).

Aun así, el diseño básico del oso, la estrella y el texto California Republic siguió siendo usado por un grupo llamado Hijos e Hijas Nativos del Dorado Oeste (Native Sons and Daughters of the Golden West), un organización de pioneros y descendientes de estos, dice el experto en banderas.

Bandera de California ondea junto a la estadounidense.

FUENTE DE LA IMAGEN – RARRARORRO. Bandera de California ondea junto a la estadounidense.

Y ese mismo grupo impulsó que en 1911 la Legislatura estatal de California adoptara la bandera del oso como bandera oficial del estado (la que se usa hoy fue la versión estandarizada de 1953).

Sin embargo, por lo que significó la insurrección para los habitantes originarios, Abella cree que es hora de que California deseche la bandera del oso.

«Es hora de que California se deshaga de esa bandera, un símbolo de flagrante ilegalidad y prejuicio racial», escribió en un artículo publicado en Los Angeles Times en 2015, una postura que —le dice a BBC Mundo — sigue manteniendo.

Opiniones como la suya no se han hecho públicas.

«Esa es una parte del problema en California: que esta es una cultura en la que siempre estamos enfatizando el futuro, el porvenir, lo que podemos crear, y no lo que ha sido», le dice a BBC Mundo.

«Tenemos la tendencia a olvidar lo que sucedió, sin darnos cuenta de que muchas veces, al no examinar el pasado, estamos condenados a repetirlo».

Otros expertos consultados para este artículo concuerdan en que no ha habido movimiento revisionista alguno.

Cartel anuncia un festival a principio de 1910 en San Francisco para conmemorar la anexión de California a Estados Unidos.

FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGES. Cartel anuncia un festival a principio de 1910 en San Francisco para conmemorar la anexión de California a Estados Unidos.

Pero lo que sí parece que hay es una conciencia cada vez mayor de que la de la Revuelta de la Bandera del Oso es «una historia compleja muy simplificada».

Así lo cree Alexis Boutin, una arqueóloga que estudia restos óseos humanos, experta en Medio Oriente, que da clases en la Universidad Estatal de Sonoma y que se metió de lleno en el tema cuando en 2014 un grupo local empezó a buscar las tumbas de dos estadounidenses muertos durante la insurrección.

«Una de las simplificaciones es que fue una revuelta en la que no se derramó sangre. Pero obviamente la hubo: precisamente andábamos buscando a gente que había muerto en ella», recuerda sobre el proyecto.

«Y a través de mi investigación me di cuenta que no solo habían asesinado a estadounidenses de ascendencia Europea, sino también a californios y a mexicano-estadounidenses, y que la historia tenía muchas caras», le cuenta a BBC Mundo.

Kid California flag.

FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGES

Con los años, asegura que se está reconociendo «cada vez más la complejidad de la historia, de cómo gente de múltiples orígenes étnicos estuvo involucrada en la revuelta, que en aquel entonces los bear flaggers eran inmigrantes ilegales», apunta.

«A medida que crece el reconocimiento de la naturaleza multicultural de nuestra sociedad, y crece la aceptación y la inclusión, se está empezando a abordar esta historia, aunque muy lentamente, de una manera más crítica».

Imagen de portada: Bandera Oficial de California. GETTY IMAGES

FUENTE RESPONSABLE: Leire Ventas. Corresponsal de BBC Mundo en Los Ángeles, 9 de julio 2022.

México/Historia/EE.UU.

 

Un arte que busca curar. La escultura social de Pedro Reyes.

Durante su primera retrospectiva en el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey, el escultor mexicano plasma su interés por la dimensión lúdica del arte y trastoca la idea del museo como recinto sagrado.

El concepto de escultura social es un documento escrito en clave de una historia de experiencia, colectividad e imaginación expandida. Para acercarnos a una definición es necesario pensarnos desde lo colectivo, desde el contacto con el otro para a partir de ahí intentar crear un manifiesto. Pedro Reyes (Ciudad de México, 1972) explora estas posibilidades de encuentros y desencuentros en Escultura social,la primera retrospectiva de su trabajo que se presenta en el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey (MARCO), bajo la curaduría de Julieta González (Caracas, 1968).

A lo largo de la exposición, compuesta por 230 piezas en total, nos acompaña una reflexión sobre el ejercicio escultórico moderno y contemporáneo. Quizá la obra de arte siempre se ha posicionado fuera de cualquier parámetro histórico, material y conceptual; por tanto, preguntarnos dónde se coloca a la obra de Reyes en este flujo entre el arte moderno y el contemporáneo puede parecer una desobediencia epistémica. 

No obstante, la pregunta está sobre la mesa. Cuando pasamos, por ejemplo, de una sala con piezas como Lady Liberty (2022), escultura tallada en madera, para adentrarnos en Disarm (Mechanized) (2013), una instalación hecha con antiguas armas de fuego que ahora fungen como instrumentos musicales, naturalmente nos cuestionamos sobre la historización de las piezas. Si bien la plástica es una dimensión del pensamiento y no necesariamente una definición del arte, ¿qué puede definir a lo contemporáneo?

Pedro Reyes junto a Lady Liberty, 2022.

Reyes se describe a sí mismo como escultor ya que tiene una larga tradición de talla directa en piedra. “La labor del escultor consiste en transformar la materia, cambiar la forma de un material y descubrir o brindar la tridimensionalidad que hay en ella”, comenta en entrevista. 

Pero, además del carácter matérico de la escultura como un cuerpo que habita el espacio, la exposición de Reyes plantea otra inquietud relacionada a la dimensión lúdica de la escultura y que, por tanto, modifica la definición de un artista moderno tradicional y del museo como espacio sagrado.

Como su título lo sugiere, la participación del público en la muestra es un elemento clave para pensarla, habitarla y activarla. Esto plantea muchos cuestionamientos en torno a la función del arte en la sociedad, la figura del museo como vehículo y creador de experiencias e incluso sobre la presencia del espectador como motivo y materia prima.

Los visitantes son invitados a interactuar con las piezas, un proceso que nos hace reaprender a habitar el museo pues usualmente las exposiciones no están pensadas con una pulsión vital de juego y experimentación. La relación arte-vida queda condensada en una experiencia estética. En el caso de Escultura social, el espectador se vuelve un pensador activo donde la conciencia individual se une a la del público, y la relación es francamente más compleja.

Reconozco que una tarea difícil para la curaduría de la muestra era lograr un diálogo entre la escultura clásica, el discurso contemporáneo y el carácter institucional del museo. Aquí la escultura social tiende un puente entre ambos momentos históricos. Las ideas y la red de afectos en torno a un arte que atrae y sana no exigen, al contrario, nos invitan a participar de la exposición.

La muestra reúne piezas de distintos formatos y temáticas y la curaduría está planteada de tal manera que, aun con la cantidad total de obras, cada sala desarrolla un asunto específico en el que nos adentramos como visitantes. Me parecía un reto mayor colocar tantas piezas sin caer en una apuesta ambiciosa y sin que la experiencia del espectador fuera confusa. No obstante, González logra que la distribución de las esculturas en el museo nos permita concentrarnos en la vivencia que cada uno de los núcleos sugiere.

Hay dos ejes importantes que desarrollan las narrativas de la muestra. Uno de ellos es el potencial de ser, es decir, de imaginar cómo a través de la participación del público se multiplican las posibilidades o las lecturas de las obras. Este es un pensamiento de origen que ha motivado a Reyes a desarrollar la sociatría

1 como una disciplina que trata de sanar a la sociedad. El segundo eje tiene que ver con la acción directa, principio que está en diálogo con la anarquía y que incluso puede entenderse como motor para emprender el cambio sin necesidad de esperar indicaciones de las instituciones de poder. Este acto exige ir más allá de un posicionamiento simbólico incluso dentro de un espacio como el museo: si se desea participar, se tiene que accionar física y emocionalmente.

¿Qué exigen de nosotros los museos en este sentido? Caminar por las salas del MARCO sin hacernos preguntas o sin tratar de entablar alguna relación con las piezas parece que no es una posibilidad concreta. La exigencia del carácter de utilidad del arte está presente en el trabajo de Reyes, no porque el arte en sí deba tener una función –en realidad él reconoce que el arte es simple alimento del espíritu y que es indispensable tener una libertad absoluta para satisfacer nuestras inquietudes–, sino porque él mismo ha sumado una regla a su práctica creativa: además de las resoluciones plásticas y matéricas de sus piezas, estas deben buscar un efecto curativo.

Entre las obras que se presentan, destaca Sanatorium, un proyecto comisionado por el Museo Guggenheim de Nueva York en 2011 y que se ha presentado once veces en nueve plataformas de arte internacional. Se trata de una clínica itinerante que provee tratamientos breves e inesperados, mezclando arte y psicología.

En este proyecto se incluye el Casino filosófico, compuesto por dibujos de filósofos y poliedros de gran tamaño en cuyos lados aparecen frases que funcionan como presagios. La pieza inicia con una pregunta que hace el visitante, algo que le gustaría averiguar, como si estuviera consultando a un oráculo. Al elegir un poliedro, se eligen también los momentos del pensamiento con los que se quiere hacer eco. La dinámica consiste en lanzar la pregunta y la figura para recibir una respuesta; el acto de azar en este ejercicio ya carga a la pieza de un significado especial del cual se apropia el espectador ya que, por más que sepamos que es un juego, casi de manera inmediata tratamos de hacer de esta experiencia algo personal. Pensando justamente en estos efectos cognitivos de los cuales no podemos escapar, Reyes eligió frases de filósofos que funcionaran como bolas de cristal a través de las cuales nuestras preguntas podrían tener una nueva interpretación.

Pedro Reyes, Casino Filosófico III, 2009.

Lo más interesante en las dinámicas que suceden en el espacio de Sanatorium es que la sala de exhibición se vuelve un lugar seguro para poder ser. La libertad del juego y la libertad de movimiento nos dan la posibilidad de reinventarnos. Es decir, si hay juego, hay capacidad de acción y con ello se puede expandir el potencial vital tanto individual como colectivo.

Resulta pertinente repensar el aura inmaculada que algunos museos nos transmiten, donde hay que mantener cierta distancia con las obras por motivos de seguridad y conservación, modular la voz y hasta mantener los brazos cerca del cuerpo. 

En el Casino filosófico, la experiencia personal a nivel intelectual (pensemos que a la filosofía nos acercamos a través de la lectura silenciosa de un texto, por ejemplo) y a nivel físico (coincidimos con gente a quien quizá no conocemos, pero con quien entablamos una conversación con el pretexto del oráculo) se vuelve un ejercicio de pluralidad y de lectura en voz alta que nos hace meditar sobre el papel que las instituciones artísticas asumen cuando se trata de generar diálogos entre las obras y los públicos.

Pedro Reyes, Casino Filosófico, 2008.

Cabe mencionar que la mitad de las salas que conforman la exposición cuentan con piezas y elementos que se pueden tocar. Cuando el público prefiere mirar de lejos y recorrer las salas desde la contemplación, las obras igualmente habitan el museo, pero algunas quedan inconclusas. Queda claro que la interacción es uno de los aspectos nodales del concepto de escultura social trazado en la muestra.

En este afán interactivo, Reyes busca generar dinámicas de concientización con el uso de técnicas teatrales. En la sala “Teatro e ideología” nos encontramos con videos, objetos a escala y marionetas perfectamente elaboradas con las que se han montado obras de teatro. Recordemos La revolución permanente. Una comedia de enredos ideológicos que Reyes presentó en el Museo Jumex durante 2014. En aquella puesta en escena destacaban el humor, los personajes hechos con títeres y la posibilidad de que se entablara una conversación entre pensadores de tan distintas ideologías.

Reencontrarme con estas marionetas, ahora estáticas y en una suspensión temporal distinta a la del teatro, me sugirió la idea de cómo nos relacionamos con las obras o proyectos que surgen como una experiencia estética y que terminan por habitarnos a lo largo de meses o incluso años. Obras a las que volvemos una y otra vez por las emociones que nos despiertan, por la sugerencia visual, histórica e ideológica que nos proveen o simplemente porque han decidido quedarse en nuestro imaginario. 

En este tenor, una de las piezas que permanecerá en mis referencias para hablar del arte como terapia es Goodoo, una pieza cuyo título es un juego de palabras que sugiere Do good, hacer el bien, y que consiste en una instalación compuesta por diversos muñecos de tela que puedes tomar y colocarles objetos, tal como lo dicta la tradición del vudú, pero con intenciones positivas. Es un acto sencillo en realidad, decorar muñecos de tela y vestirlos con dijes, pero al mismo tiempo es una invitación a posicionarnos en el presente y a existir desde un estado más amable.

Biblioteca TLACUILO, sede MARCO

Volviendo a la idea del escultor clásico, asunto que se cuela poco a poco en nuestra mente a lo largo de todo el recorrido, de pronto nos encontramos con algunas esculturas como cuerpos inmóviles. “Literaturas potenciales” es una sala con piezas que sugieren signos de puntuación, onomatopeyas, ambigramas y otros elementos derivados del lenguaje escrito. 

Estas obras crean un puente entre la escritura y la escultura, sugiriendo un ejercicio de poesía concreta. De esta sección llama la atención la hechura de las piezas, la fuerza y limpieza con la que una piedra volcánica, por ejemplo, ha sido transformada en una mano, delicadamente detallada, que sostiene un lápiz. La punta del grafito que apunta al cielo brinda la sensación de ser una mano pensante, en pausa, esperando la idea que va a plasmar en el plano y, dada la dimensión de la obra, no queda más que imaginar que el plano es en realidad el mundo.

Al sumar las voces del público a los veinte años de trayectoria de Reyes, se sugiere un ejercicio de relaciones de confianza, tanto por la exposición y manipulación de las obras como por la naturaleza del trabajo del artista en sí. 

El ejemplo más claro de esto es TLACUILO, un proyecto que consiste en el préstamo de libros y audiolibros. El artista ha comentado muchas veces que una biblioteca es en realidad una cárcel de libros porque no se permite la salida de los ejemplares por temor a que no se regresen. En el caso de TLACUILO, la responsabilidad está depositada en los espectadores, visitantes y lectores. Tanto el artista como el personal directivo y educativo 2  del MARCO desean expandir el vínculo entre el museo y sus públicos para que la experiencia estética no esté solo confinada al inmueble.

Preguntaba anteriormente qué nos exigen los museos, pero con esta exposición descubro que los museos no son más que monumentos vivos en los que vamos depositando parte de nuestra historia. Así como los antimonumentos condensan nuestros deseos, exigencias y memorias con la intención de generar transformaciones permanentes, los museos se vuelven herramientas para mantener presente este ejercicio de diálogo colectivo.

En tanto el espacio público nos pertenece a todas y todos y el museo se edifica como un catalizador para distintas problemáticas, es natural pensar que la cultura puede ser un vehículo para transmitir ciertos mensajes. En este sentido, ¿se vuelve un requisito indispensable hablar sobre la función del arte en la sociedad? 

Ciertamente la exposición nos permite pensarnos en otras dimensiones ante la monumentalidad de las esculturas y sin duda las activaciones con apoyo del departamento educativo del museo son una invitación constante a encontrar la causa con la cual comprometernos, pero ¿qué sucede cuando soltamos los motivos que aparecen en la exposición y nos encontramos con un mundo fragmentado al salir del MARCO?

La inquietud de Pedro Reyes por generar vínculos con el público deviene en una infinidad de aportaciones e interpretaciones a las que el artista no habría llegado solo. Es ahí donde también se están gestando semillas de cambio: la creatividad es un proceso donde los unos necesitamos de los otros y esta exposición nos acerca a esta fórmula. ~

Escultura social de Pedro Reyes permanece a la vista en el MARCO hasta agosto de 2022.

Imagen de portada: Pedro Reyes. Gentileza de Letras Libres.

FUENTE RESPONSABLE: Letras Libres. Por Maria Olivera. 1° de julio 2022.

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