Saladino, el gran defensor del Islam.

El 4 de marzo de 1193 murió Saladino, sultán de Egipto y de Siria, famoso por unificar bajo su mando los territorios musulmanes de Oriente y por sus victorias sobre los cruzados en Tierra Santa.

¿Quién fue Saladino?

Después acabar con el poder fatimí en el norte de África, Saladino consiguió convertirse en el sucesor del gobernante de Siria Nur al-Din, a cuyas órdenes habían luchado tanto él como su padre y su tío. Se inició en ese momento una importante unificación de las distintas naciones del Islam. La base de esa nueva alianza se basó en un poderoso ejército formado por soldados kurdos y turcos. 

En materia religiosa, este sultán defendió el sunismo y se alejó de las doctrinas defendidas por el Califato abasí. Con Saladino dio comienzo la poderosa dinastía ayubí, que se mantuvo en el poder hasta que el sultán Turan Shah fue derrocado por los mamelucos. Después de afianzar los territorios de África y Asia, Saladino decidió que su siguiente paso sería reavivar la Guerra Santa y en 1187 atacó a los cruzados en Palestina.

Saladino lideró a sus tropas en la batalla de Hattin, en la cual derrotó a las fuerzas del rey Guido de Lusignan. Esta fue la primera de una serie de victorias que le llevaron a conquistar la ciudad de Jerusalén, que llevaba casi un siglo en poder de los soldados cristianos. 

Comenzó en ese momento la Tercera Cruzada, que duró desde 1189 hasta 1192, y durante la cual Saladino tuvo que rendirse ante el ejército de Ricardo Corazón de León en Acre. El sultán decidió sacrificar esta ciudad para concentrar sus recursos en la defensa de Jerusalén

La guerra se resolvió con un tratado de paz, por el cual los musulmanes conservaron Palestina —aunque tuvieron que permitir un paso a los peregrinos que acudiesen a Jerusalén— y los cruzados recuperaron posesiones en la costa. Al año siguiente, Saladino falleció convertido en una leyenda para sus seguidores y también para sus enemigos que reconocieron su nobleza y valor en el campo de batalla.

Imagen de portada: Saladino (Ilustración)

FUENTE RESPONSABLE: Zenda. Apuntes, Libros y Cía. Por Paca Pérez. Editor: Arturo Pérez-Reverte. 4 de marzo 2023.

Sociedad y Cultura/Historia/Islam/Saladino.

Makuria, el misterioso reino cristiano de la nubia medieval

REINOS DESAPARECIDOS

La Nubia de época medieval es una gran desconocida. En aquella desértica región, situada entre Egipto y Sudán, coexistieron y prosperaron diversos reinos, entre ellos Makuria. Con capital en Vieja Dongola, Makuria fue un floreciente reino cristiano que pervivió durante ocho siglos, pero que finalmente cayó en un imparable declive debido al empuje musulmán.

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En 1959 dieron comienzo en Egipto las obras de construcción de la gran presa de Asuán, un proyecto faraónico que amenazaba con sumergir bajo las aguas del Nilo un gran número de templos y monumentos que jalonaban la región de Nubia. 

Así, para evitar lo que habría sido una pérdida de patrimonio irreparable, un equipo internacional patrocinado por la UNESCO inició un plan de una ambición sin precedentes con el objetivo de trasladar algunos de los monumentos amenazados para evitar, de este modo, su desaparición. 

Pero entre los que iban a ser salvados, casi todos ellos de época faraónica, hubo algunos que resultaron ser diferentes al resto: los vestigios de los reinos medievales que prosperaron en la región, entre ellos Makuria.

En aras de llevar a cabo este proyecto de salvamento, un equipo de arqueólogos polacos viajó hasta Faras, una ciudad de la Baja Nubia, para excavar su catedral; otro grupo de arqueólogos británicos inició unas excavaciones en la ciudadela de Qasr Ibrim, mientras sus colegas de la universidad de Ghana hacían lo propio en la parte oeste del yacimiento de Debeira, en la orilla oriental del Nilo. 

Todos estos trabajos permitieron a los investigadores recabar valiosa información acerca de la vida de los habitantes de Nubia (un territorio situado entre los actuales Egipto y Sudán) durante la Edad Media.

VIEJA DONGOLA, UNA CAPITAL MEDIEVAL

La capital del legendario reino de Makuria fue Vieja Dongola, una ciudad localizada en la orilla oeste del Nilo. A pesar de que fue fundada en el siglo V d.C. para servir de fortaleza, Vieja Dongola no tardó en convertirse en un bullicioso centro comercial y punto de partida para las caravanas que se dirigían hacía Darfur y Kordofan. 

Con la llegada del cristianismo en el siglo VI, la ciudad se convirtió en una próspera capital, y en sus dos kilómetros cuadrados de superficie se levantaron murallas, iglesias, dos palacios y un monasterio del que se han conservado los baños y decoraciones parietales. 

Restos de la iglesia de las Columnas de Granito, en Vieja Dongola.Foto: Lucio A (CC BY 2 0)

Vieja Dongola alcanzaría su apogeo entre los siglos IX y XI, pero sería en el siglo XIV, a raíz de los ataques musulmanes, cuando su esplendor empezó a decaer. 

Sería precisamente en ese siglo cuando hicieron su aparición las primeras crónicas sobre la capital de Makuria, que es mencionada en un manuscrito titulado Libro del Conosçimiento de todos los reinos et tierras et señorios que son por el mundo, et de las señales et armas, atribuido a un monje español. 

Esta obra sigue los pasos de otras similares escritas en el mismo período como el Libro de las maravillas de Marco Polo o el Libro de las maravillas del mundo escrito por un personaje ficticio llamado Juan de Mandeville.

LA CRISTIANIZACIÓN DE MAKURIA

Pero ¿cuál fue el origen de Makuria? Este fue uno de los tres reinos surgidos tras la caída del reino meroítico de Kush, que había controlado la región entre los años 800 a.C. y 350 d.C. (los otros dos reinos fueron Nobatia, al norte, y Alodia, al sur). 

Makuria ocupó la zona occidental del Nilo, desde la tercera catarata hasta algo más allá de la cuarta, y dominó la región de Napata, una de las más importantes del antiguo reino de Kush. 

De hecho, los habitantes de Makuria fueron desplazados por los nubios de Kordofan, asentados en el valle, a partir del siglo IV. Un siglo después se fundó Vieja Dongola, desde donde una monarquía hereditaria gobernaría la región hasta el siglo XI.

Restos de la sala del trono en Vieja Dongola. Este edificio fue convertido en mezquita en 1317.Foto: LeGabrie (CC BY-SA 4.0)

Al finalizar el siglo V, y con la difusión del cristianismo por toda el área, Makuria llegó a un acuerdo con el Imperio bizantino, algo que al emperador Justiniano le venía muy bien para frenar la expansión de los persas sasánidas. 

Fruto de ello fue el abandono de la religión pagana por parte de los makurianos y su consiguiente cristianización. Algunos se decantaron por la vía calcedonia que profesaba el emperador bizantino y otros por la miafisita, que era la preferida por su esposa Teodora. 

En cualquier caso, el cristianismo echó raíces en Makuria, y el reino llegó a ensanchar sus fronteras desde la primera catarata del Nilo hasta la sexta.

SALADINO Y LAS INVASIONES MAMELUCAS

En el siglo VII, Makuria se vio amenazada por las fuerzas árabes que habían conquistado Egipto. Vieja Dongola fue asediada en 652, pero sus habitantes lograron repeler a los atacantes. 

Así, ante la imposibilidad de conquistar la ciudad, los musulmanes firmaron con el rey makuriano Qalidurut, el baqt, un tratado por el cual el monarca cristiano admitía su vasallaje mediante el pago de un tributo a cambio de disfrutar de una amplia autonomía y un ventajoso acuerdo comercial. 

Una fructífera relación que perduraría durante siglos. Makuria continuó, así, sin trabas su expansión, y en el año 707 se anexionó el vecino reino de Nobacia.

En el siglo XII, con la dinastía fatimí en el poder, Egipto mantuvo estrechas relaciones con Makuria. Los fatimíes, que eran chiítas, no contaban con muchos aliados entre los mayoritarios sunitas, por lo que no dudaron en forjar alianzas con sus vecinos cristianos del sur. 

Pero la dinastía fatimí de Egipto fue derrocada por los califas sunitas de Damasco. 

Así, tras la llegada de Saladino, futuro sultán de Egipto y de Siria, fundador de la dinastía ayubí, hubo una incursión nubia en apoyo de los fatimíes en 1172. Saladino entonces envió un ejército dirigido por su hermano Turan-Shah a invadir Nubia. 

Sin embargo, al darse cuenta de que el país era muy pobre, pensó que no valía la pena conquistarlo e hizo retirar a sus tropas. El lento declive de Makuria había empezado. 

Mural de la catedral de Faras en el que puede leerse el nombre de uno de los gobernantes de Makuria llamado Moses George (Mouses Georgios).Foto: PD

Durante los siglos siguientes, Makuria siguió su imparable declive. 

Las hambrunas, las sequías y los cambios en las rutas comerciales provocaron la decadencia del antiguo reino cristiano. A todo esto hay que añadir que en 1276 los mamelucos invadieron Makuria y llegaron hasta las puertas de Vieja Dongola. 

Desde entonces, la venida a menos Makuria se convirtió en tributaria del Sultanato Mameluco de Egipto.

Al final, su esplendor se apagó definitivamente en el año 1397, cuando el reino, ya muy debilitado por las guerras intestinas, se vio asolado por una terrible epidemia de peste. 

Un duro golpe del que Makuria ya no pudo recuperarse. De este modo, tanto Makuria como sus reinos vecinos de Nobatia y Alodia se sumieron en el olvido cuando toda la zona cayó definitivamente bajo el dominio musulmán.

Imagen de portada: Tumbas abovedadas islámicas (qubba) junto a las ruinas de Vieja Dongola, en el desierto de Nubia.. Foto: Hans Birger Nilsen (CC BY SA 2 0)

FUENTE RESPONSABLE: Historia National Geographic. Por J.M. Sadurni. 9 de febrero 2023.

Sociedad y Cultura/Historia del Cristianismo/Islam/Curiosidades

Encontradas las tumbas de los primeros musulmanes que vivieron en Siria. 

Un equipo internacional de arqueólogos que estudia el yacimiento sirio de Tell Qarassa ha localizado dos enterramientos que, sorprendentemente, no son neolíticos, sino que datan de los siglos VII-VIII y que según los análisis de ADN tendrían más en común con los beduinos o individuos procedentes de la actual Arabia Saudí.

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ÉPOCA OMEYA

Dirigido por Juan José Ibáñez, un equipo internacional de investigadores de la Institución en Humanidades Milá i Fontanals del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (IMF-CSIC)ha descubierto en el yacimiento sirio de Tell Qarassa, donde lleva excavando desde antes del inicio de la guerra que asola este país, dos de los primeros enterramientos islámicos de la zona. Los arqueólogos han documentado en el lugar un hallazgo inesperado: las tumbas de un hombre y una mujer que, al parecer, formaron parte de los primeros grupos de musulmanes que se desplazaron a Siria desde Arabia o la península del Sinaí, en Egipto, según se desprende del análisis de ADN de los huesos.

El estudio, que acaba de publicarse en la revista Nature Communications Biology, es multidisciplinar y combina datos arqueológicos e históricos con análisis de ADN, de isótopos y de radiocarbono. Hasta la fecha, los investigadores suponían que todos los restos humanos hallados en el yacimiento databan del Neolítico, y que tenían unos 10.500 años de antigüedad. De hecho, para estudiar a los primeros grupos de agricultores de la zona se procedió a analizar el ADN de catorce personas. De ellas, «solo dos individuos de las capas superiores del yacimiento dieron resultados positivos y estos procedían de enterramientos que suponíamos que pertenecían a un período prehistórico posterior. Tras la datación por radiocarbono quedó claro que teníamos algo inesperado y especial», remarca Cristina Valdiosera, de la Universidad de Burgos y coordinadora del estudio.

Mapa de situación de Tell Qarassa.Mapa: Los autores

DOS INDIVIDUOS DIFERENTES

Los dos enterramientos analizados se han datado en época omeya, entre los siglos VII y VIII, y cuadran perfectamente con las primeras prácticas funerarias musulmanas. Según Ibáñez, los cuerpos «habían sido depositados longitudinalmente y alineados hacia La Meca; un ritual muy diferente de los enterramientos neolíticos, en los que los fallecidos eran depositados en posición fetal. Era imposible precisar su contexto sin las fechas de radiocarbono, ya que no se conocían asentamientos o enterramientos musulmanes en la zona y el propio yacimiento solo se conocía como un lugar prehistórico. De hecho, el asentamiento más cercano en la actualidad es de una comunidad drusa no asociada al islam».

Uno de los esqueletos descubiertos en Tell Qarassa, bautizado como Syr 005.Foto: Jonathan Santana

Por otra parte, los análisis genómicos de estas personas han arrojado asimismo resultados sorprendentes, como afirma Mehgha Srigyan, bióloga evolutiva que ha estudiado los datos obtenidos en la universidad sueca de Upsala. De hecho, estos dos individuos eran genéticamente diferentes a los demás, presentando más parecidos con los actuales beduinos o saudíes. Esto parece confirmar, según Torsten Günther, genetista de esta universidad, que «este hombre y esta mujer pertenecían a grupos transitorios alejados de su hogar, lo que sugiere directamente la presencia de los primeros musulmanes en el campo sirio».

Los dos individuos estudiados eran genéticamente diferentes a los demás, presentando más parecidos con los actuales beduinos o saudíes.

Otro estudio que los investigadores han llevado a cabo sobre estos restos humanos ha sido la búsqueda de una secuencia de ADN correspondiente a algunos patógenos conocidos, como el que provoca la peste, para poder establecer la causa de sus muertes, aunque no han hallado ninguno. «Habría sido un paso interesante para entender por qué fueron enterrados de esta manera y en este lugar», se lamenta Mehgha Srigyan. A pesar de todo, la importancia del descubrimiento es innegable. «Es extraordinario que con el estudio de sólo dos individuos hayamos podido descubrir una pequeña, pero notable pieza del colosal rompecabezas que constituye la historia del Levante», concluye Cristina Valdiosera.

Imagen de portada:

FUENTE RESPONSABLE: National Geographic Historia.Por Carme Mayans;  Redactora. Junio 2022.

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