Oscar 2023 | Fire of Love: la trágica historia de Katia y Maurice Krafft, dos científicos enamorados de los volcanes que acabaron engullidos por la lava.

En 1985, un episodio marcó la vida de la pareja de vulcanólogos Katia y Maurice Krafft.

La erupción del Nevado del Ruiz, en Colombia, dejó más de 23.000 muertos, en una de las mayores tragedias provocada por volcanes en la historia.

La ciudad de Armero quedó completamente sepultada y literalmente dejó de existir después de que la erupción hubiera derretido los glaciares de la montaña, generando los llamados lahares: una avalancha de lodo, tierra y escombros volcánicos.

En ese momento, especialistas en volcanes intentaron advertir a las autoridades sobre los riesgos de la inminente erupción y la necesidad de evacuar las ciudades, pero no fueron escuchados.

Maurice y Katia, que ya habían ganado fama mundial por «cazar» y registrar volcanes en todos los continentes, se hicieron eco de la advertencia. Pero tampoco fue suficiente.

«Nos avergonzaba llamarnos vulcanólogos», dijo Katia en entrevistas en ese momento.

«Mi sueño es que los volcanes dejen de matar», afirmó Maurice.

Conmocionados por la tragedia, la pareja decidió que necesitaban hacer más de lo que ya habían hecho; es decir, registrar de cerca la amenazante actividad volcánica para demostrar el poder destructivo y convencer a las autoridades sobre los riesgos.

En junio de 1991, viajaron a Japón para registrar la fuerza de la erupción del Monte Unzen.

En las últimas imágenes en las que aparecen con vida, Katia y Maurice miran la montaña, junto a la cámara. Murieron minutos después, él a los 45 años, ella a los 49. Los cuerpos fueron encontrados uno al lado del otro.

«Todos sabíamos que iban a morir en un volcán, y ellos mismos lo sabían», le dijo a BBC News Brasil la brasileña Rosaly Lopes, astrónoma y vulcanóloga de la NASA que conoció a la pareja en conferencias y eventos.

Los dos, señaló Lopes, fueron tratados como estrellas en el mundo de la vulcanología.

Katia y Maurice Krafft

FUENTE DE LA IMAGEN, DISNEY

Las impresionantes imágenes que los Krafft registraron durante décadas de trabajo están en el documental que este domingo compite por un Oscar Fire of Love (traducido al español en algunos países como «Volcanes: la tragedia de Katia y Maurice Krafft»).

En Latinoamérica es posible ver la producción dirigida por Sara Dosa en el servicio de transmisión de Disney.

Amor por el fuego

Katia y Maurice se conocieron en 1966, cuando asistían a la Universidad de Estrasburgo, Francia. Ella, geoquímica; el geólogo. Pero pronto descubrieron un interés común: los volcanes.

«Empezamos en vulcanología porque nos decepcionó la humanidad. Y, como un volcán es más grande que los hombres, sentimos que era lo que necesitábamos. Algo más allá de la comprensión humana», dijo Maurice en una entrevista que se muestra en el documental.

Se le consideraba más «mediático» que Katia.

Era un período de posguerra, con grandes avances científicos. En 1967 se descubrieron las placas tectónicas, lo que nos permitió comprender misterios de la naturaleza como los terremotos y la formación de volcanes.

En Islandia, en 1968, los Krafft tuvieron su primera experiencia explorando volcanes juntos. A partir de ahí, comenzaron a registrar las erupciones en video y fotos, lo que terminaría convirtiéndose en una fuente de ingresos para la pareja, que se pasaba la vida viajando.

«Cuando ves una erupción, no puedes vivir sin ella, porque es tan grande, tan fuerte, que tienes una sensación de insignificancia», explicó Katia. Dos años después, se casaron y optaron por no tener hijos.

«No podrían hacer lo que hicieron si no fuera por el otro. Tenían una relación entre los dos, y entre ellos y los volcanes», dice la vulcanóloga Rosaly Lopes.

Una explosión de lava

FUENTE DE LA IMAGEN, DISNEY

Además de vender parte del material audiovisual, Katia y Maurice filmaron todas las expediciones con la intención de repasar las erupciones y estudiarlas. Y comenzaron a querer acercarse más y más.

Para Rosaly Lopes, la pareja, si bien no se destacó por su producción académica, dejó un gran legado científico y humano.

Filmaron imágenes en todo el mundo que muestran lava, explosiones y flujos piroclásticos (la mezcla de gas, materia volcánica, cenizas y fragmentos de roca expulsados ​​en erupciones) y los investigadores las han utilizado para comprender y modelar el comportamiento de los volcanes.

Los dos también trajeron material «joven» expulsado en las erupciones para estudios en laboratorios geofísicos.

Katia Krafft

FUENTE DE LA IMAGEN, DISNEY

«Pero creo que el principal legado es de educación, de enseñar que los volcanes son muy bonitos, pero peligrosos. Y también que, a veces, puedes ir a un volcán, cerca de la lava, sin correr demasiado riesgo», dice Lopes, quien escribió un libro sobre las posibilidades de hacer turismo en zonas con actividad volcánica.

Rojos y grises

Katia y Maurice adoptaron dos clasificaciones de volcanes.

Los «rojos» serían aquellos en los que hay «ríos» de lava y sin fuertes explosiones. Fueron estos, menos peligrosos, los que los Krafft inicialmente se dedicaron a explorar.

Los «grises» eran los explosivos, que acumulan presión y calor hasta su liberación catastrófica. Eran los llamados «asesinos», menos conocidos y de más difícil acceso.

Tras la erupción del volcán «gris» del Monte Santa Elena, en Estados Unidos, que dejó 57 muertos en 1980, la pareja decidió cambiar el foco de sus expediciones a las más arriesgadas.

Fueron tras erupciones en Alaska (Estados Unidos), Indonesia y Colombia, donde registraron la estela de destrucción de la tragedia en Armero.

En junio de 1991, recibieron la noticia de que el Monte Unzen en Japón estaba a punto de entrar en erupción. Viajaron al país y fueron a cumplir con otra misión, la última.

En ese momento, Katia y Maurice decidieron mantener una distancia que creían segura con otros científicos, periodistas y bomberos. Pero un flujo piroclástico mucho más fuerte de lo esperado provocó la muerte de 43 personas, incluida la pareja.

Las marcas en el suelo después de la tragedia indicaban que Katia y Maurice estaban cerca el uno del otro.

En las imágenes que se muestran en el documental, se menciona un texto en el que Maurice escribió que prefería una «vida intensa y corta a una larga y monótona», justificando su caza de volcanes. Y Katia, en un momento, dijo: «Si he de morir, prefiero irme con él».

Imagen de portada: DISNEY.La última foto de Katia y Maurice Krafft.

FUENTE RESPONSABLE: Vitor Tavares; Sao Paulo, BBC News Brasil. 11 de marzo 2023

Sociedad y Cultura/Premios Oscar/Ciencia/Cine

Alfred Kinsey, el hombre que lanzó una «bomba atómica» sexual que destruyó tabúes y dio paso a una revolución.

En 1938, el Dr. Alfred Kinsey, un zoólogo poco conocido de Estados Unidos abandonó su estudio de avispas y se dedicó a la investigación sexual.

Su trabajo en ese campo lo convertiría en una de las figuras más controvertidas de su tiempo.

Examinó la vida sexual de más de 11.000 estadounidenses y reveló lo que hasta entonces se callaba sobre hábitos sexuales de la nación.

El libro «El comportamiento sexual en el hombre», publicado en 1948, y causó sensación.

«El comportamiento sexual en la mujer», apareció cinco años después y fue aún más explosivo.

Era una época en la que el cirujano general del Servicio de Salud Pública de EE.UU. fue interrumpido en un discurso radial por decir «sífilis» en lugar de «una enfermedad social».

Un momento en el que un periódico al informar sobre una mujer que había sido brutalmente golpeada, le aseguró a sus lectores que «no había sido agredida criminalmente».

La palabra «violación» no se usaba en relación al acto sexual no consentido, y la educación sexual en las escuelas no existía.

Y, de repente, esos estudios científicos llevaron a la gente no sólo a pensar en lo inmencionable sino a hablar de ello.

Decían que el sexo era normal y que las etiquetas se le ponían a la sexualidad eran muy arbitrarias.

Dos de las cantantes del grupo Barry Sisters y la actriz Barbara Lawrence leyendo sobre el estudio de Kinsey.

FUENTE DE LA IMAGEN, GETTY IMAGES. Dos de las cantantes del grupo Barry Sisters y la actriz Barbara Lawrence leyendo sobre el estudio de Kinsey.

La investigación y su autor se volvieron mundialmente famosos y polémicos; quienes expresaban su opinión o los aborrecían o los aplaudían.

Los primeros se alzaron en armas contra todo lo que decían y sus consecuencias.

Los segundos hicieron algo que resultó ser más contundente: se informaron, y con esos conocimientos dieron los primeros pasos hacia una de las revoluciones más transformativas, la sexual.

De avispas a humanos

Todo comenzó en la Universidad de Indiana, donde, con un doctorado de la Universidad Harvard en biología, Kinsey había llegado como profesor auxiliar de zoología en 1920.

Durante 17 años, no hubo ningún indicio de lo que se avecinaba; se los pasó fascinado por las avispas gallaritas y labró una buena reputación por sus estudios.

Pero, algo que lo llevó a abandonar a los insectos y concentrarse en los humanos.

Kinsey con "la avispa gallarita más grande conocida" que encontró en Guatemala en 1936.

FUENTE DE LA IMAGEN, GETTY IMAGES. Kinsey con «la avispa gallarita más grande conocida» que encontró en Guatemala en 1936.

«Enseñaba el curso de biología general y los estudiantes venían a mí con problemas relacionados con el sexo», explicó él mismo en una entrevista televisiva.

El papel informal de Kinsey como asesor sexual se hizo oficial en 1938 cuando organizó un curso de matrimonio para estudiantes que causó gran revuelo en el campus, pues se hablaba de todos los aspectos de la vida matrimonial, incluyendo, por supuesto, el sexo.

«Nos pareció espectacular, porque todos éramos realmente muy ignorantes», le contó a la BBC Alice Blinkley en el documental «Alfred Kinsey, el hombre que inventó el sexo moderno» (1996).

«No conocía ni las palabras que usaba», agregó Dorothy McCrea, otra de las estudiantes.

«Y después hablé con una amiga mayor casada que estaba muy interesada en lo que nos enseñaban y ella nunca había oído hablar de un clítoris, así que sentí que estaba impartiendo la educación del curso de matrimonio».

La ignorancia de sus estudiantes despertó la curiosidad científica de Kinsey.

Sin freno

Kinsey propuso estudiar lo que los estadounidenses realmente hacían en el dormitorio (y en otros lugares), persuadiendo a miles a que respondieran preguntas íntimas sobre sus experiencias y opiniones reales.

Alfred Kinsey

FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES

Empezó recorriendo la universidad en busca de voluntarios que le contaran su historia sexual.

Eso hizo que estallara una fuerte oposición de personas de la comunidad para quienes de eso no se hablaba, reforzada por un grupo de ministros metodistas y católicos que llegaron a Indianápolis y causaron furor.

«La forma más segura de lograr que algo se haga es seguir haciéndolo», dijo Kinsey.

«No le pedí permiso a nadie para comenzar esta investigación, y nadie más estaba trabajando conmigo».

Para ser alguien que desafiaba la opinión conservadora, Kinsey llevaba una vida muy convencional.

Felizmente casado, rara vez bebía y disfrutaba de algunos placeres muy tradicionales: sembraba lirios y se reunía con amigos los fines de semana a escuchar música clásica en su casa.

Tenía una ética de trabajo muy fuerte y era anticuado en algunos aspectos de su vida privada.

Sin embargo, cuando se trataba de sexualidad era muy liberal.

Kinsey con su familia en la oficina. De izq. a der.: hija, Joan; hijo, Bruce; su esposa, Clara; yerno, Warren Corning; Dr. Kinsey; hija, Anne y yerno, Robert Reid.

FUENTE DE LA IMAGEN, GETTY IMAGES. Kinsey con su familia en la oficina. De izq. a der.: hija, Joan; hijo, Bruce; su esposa, Clara; yerno, Warren Corning; Dr. Kinsey; hija, Anne y yerno, Robert Reid.

Aunque la universidad canceló su curso de matrimonio, no abandonó la investigación; más bien, extendió su red, viajando más y más lejos en su tiempo libre y con su propio dinero, en busca de nuevas personas con las cuales hablar.

Consiguió cientos de voluntarios, en una diversidad de lugares, que le revelaron sus secretos respondiendo a unas preguntas específicas y rigurosamente tabuladas.

120 de ellos, informó en un momento, eran homosexuales, que en ese entonces eran invisibles pues tenían que vivir escondidos bajo pena de cárcel.

En 1943, la Fundación Rockefeller se interesó en su investigación y le otorgó una subvención inicial de US$23.000.

300 preguntas

Kinsey finalmente pudo financiar su sueño. Contrató personal y comenzó a entrenarlo.

La entrevista básica consistía en unas 300 preguntas que empezaban con los datos demográficos y luego cubrían todas las actividades sexuales posibles.

Para no incomodar a los voluntarios, los investigadores tenían que aprenderse de memoria las preguntas, y para asegurarles que lo que respondían era confidencial, registraban las respuestas en código, que marcaban en tarjetas perforadas de IBM.

Una mujer no identificada entrevistada por uno de los asistentes de Kinsey, el Dr. Wardell Pomeroy, para el instituto de investigación sexual.

FUENTE DE LA IMAGEN, GETTY IMAGES. Una mujer no identificada entrevistada por uno de los asistentes de Kinsey, para el instituto de investigación sexual.

El equipo visitó escuelas, fábricas, granjas, cárceles… cualquier lugar donde pudiera encontrar voluntarios que incluían policías y delincuentes, prostitutas y amas de casa, obreros y empresarios, padres e hijos.

Y en la década de 1940, cuando EE.UU. entró en guerra, Kinsey llegó a la capital del exceso sexual, Nueva York, sin conocer más que a una exalumna.

Terminó siendo recibido por los artistas y escritores más atrevidos, incluidos el dramaturgo Tennessee Williams y el escritor Gore Vidal.

«Todos, desde (el músico) Lenny Bernstein hasta yo, le contamos nuestra historia sexual», le dijo a la BBC Vidal.

Aunque hubo resbalones.

En una ocasión, el propietario de un hotel, sospechando que sus entrevistas tenían que ver con prostitución, lo cuestionó.

Al enterarse de lo que realmente estaba pasando, se indignó aún más.

«¡No voy a permitir que se desnude la mente de la gente en mi hotel!».

Granada sin pasador

Tras diez años de desnudar miles de mentes y cientos de horas de análisis, el primer libro, detallando el comportamiento másculino, salió a la luz.

"El comportamiento sexual del hombre".

FUENTE DE LA IMAGEN, GETTY IMAGES «El comportamiento sexual del hombre».

Era una granada a punto de estallar en la puritana sociedad estadounidense, algo que la editorial médica WB Saunders no anticipó.

Lo lanzó sin previo aviso ni publicidad y, para su asombro, comenzó a venderse en librerías generales.

Y en grandes números: 200.000 copias en cuestión de meses, a pesar de ser un informe de difícil lectura, con 804 páginas repletas de tablas y cargadas de acotaciones.

Los hallazgos de Kinsey fueron sorprendentes.

Entre otras cosas revelaba que entre los hombres casados sólo el 50% de los orgasmos que tenían en toda su vida se daban en relaciones sexuales matrimoniales; la otra mitad provenían de fuentes moralmente desaprobadas y a menudo ilegales.

Además, que más de tres cuartas partes de los hombres entrevistados habían tenido relaciones sexuales prematrimoniales; que un tercio tenía relaciones extramatrimoniales y el 37% había tenido al menos una experiencia homosexual.

E introdujo la escala Kinsey, que clasificaba a las personas según su grado de atracción o comportamiento sexual hacia el mismo sexo o hacia otro:

  • 0 Exclusivamente heterosexual
  • 1 Principalmente heterosexual, con contactos homosexuales esporádicos
  • 2 Predominantemente heterosexual, con contactos homosexuales más que esporádicos
  • 3 Bisexual
  • 4 Predominantemente homosexual, con contactos heterosexuales más que esporádicos
  • 5 Principalmente homosexual, con contactos heterosexuales esporádicos
  • 6 Exclusivamente homosexual

Por primera vez, la investigación científica reconocía que no había solamente dos opciones.

Dudas

La curiosidad y la notoriedad del libro catapultaron a Kinsey a la fama mundial.

Kinsey a punto de volar a Lima, Perú, a hacer investigación en 1954 y William Faulkner, novelista Nobel, camino a Sao Paulo, Brasil.

FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES. Kinsey a punto de volar a Lima, Perú, a hacer investigación en 1954 y William Faulkner, novelista Nobel, camino a Sao Paulo, Brasil.

Las cifras sorprendieron tanto a sus lectores que desde el principio surgieron dudas sobre la base estadística del informe.

En 1950, la Asociación Americana de Estadística fue a Indiana para evaluar su trabajo. Lo aprobaron pero a ras.

Se cuestionó además cuán representativa era la muestra de la investigación, con razón.

Por un lado, todos los entrevistados eran voluntarios, algo que suele afectar el carácter de los datos: en este caso, la gente dispuesta a hablar sobre sexo tendía a ser más sexualmente abierta.

Por otro lado, muchos de los voluntarios eran personas blancas, de clase media y educadas; no representaba a EE.UU. en su conjunto.

Pero a la mayoría de los críticos no le molestaba la metodología sino que el informe parecía existir en un vacío moral.

«Su libro afirmó científicamente que podíamos hacer lo que quisiéramos sin ningún inconveniente, que lo habíamos estado haciendo todo el tiempo», criticó en 1996 Judith Reisman, coautora de «Kinsey, sexo y fraude».

«Habló de lo que estaba pasando no de lo que debería estar pasando».

Kinsey y su equipo preparando el manuscrito final de su libro 'El comportamiento sexual de la mujer'.

FUENTE DE LA IMAGEN, GETTY IMAGES. Kinsey y su equipo preparando el manuscrito final de su libro ‘El comportamiento sexual de la mujer’.

Si hablar del comportamiento sexual de los hombres había causado olas, lo que se venía provocaría un tsunami.

Bomba atómica

En 1953 Kinsey y su equipo publicaron «El comportamiento sexual de la mujer», el resultados del análisis de casi 6.000 entrevistas.

Revelaba por ejemplo que el 25% de las esposas cometían adulterio, y que en el matrimonio alrededor de un tercio de las mujeres nunca habían tenido un clímax sexual a diferencia de prácticamente todos los hombres.

Además que el 50% de las mujeres habían tenido sexo prematrimonial y que alrededor del 10% de las novias estaban embarazadas el día de su boda.

Afirmaba que las llamadas ninfómanas a menudo eran simplemente mujeres que tenían más orgasmos que el médico que las atendía.

Señalaba que no era cierto que la respuesta sexual fuera más emocional que física para las mujeres. De hecho, informaba, alrededor del 14% había reportado orgasmos múltiples durante un solo acto sexual.

Escribió: «La iglesia, el hogar y la escuela son las principales fuentes de inhibiciones sexuales», que generan los «sentimientos de culpa que muchas mujeres llevan consigo en sus matrimonios».

Aprendida la lección, esta vez se le enviaron copias del estudio a los reporteros con anticipación.

¡Bum!

Los diarios enfrentaron el dilema de si informar o no sobre el estudio de Kinsey, y los que lo hicieron, reflejaron la profunda polarización de opinión.

"Kinsey lanza su bomba atómica", dice el titular.

«Kinsey lanza su bomba atómica», dice el titular.

El editorial del Jersey Journal declaró: «El dr. Alfred C. Kinsey ha lanzado una bomba atómica diseñada para destruir lo que queda de la moralidad sexual en Estados Unidos».

Según el editorial del Newark Star-Ledger, Kinsey había lanzado una bomba que «cae de lleno en todas las estructuras de la moralidad sexual».

«Cuando se levanta la nube de destrucción, poco puede quedar intacto. El sexo habrá perdido su carácter personal íntimo y se convertirá en la más casual y común de todas las actividades biológicas del animal humano».

Pero, The Patriot, en Harrisburg, Pensilvania, declaró: «Kinsey representa un desafío para todos los que han mantenido una posición peligrosamente reservada sobre la enseñanza de las relaciones sexuales».

Ese desafío, para los padres, los profesionales de la salud y el clero, era «proporcionar información adecuada sobre este tema prohibido, para que la generación más joven pueda aprender sobre el sexo sin mojigatería y sin las connotaciones falaces proporcionadas en conversaciones de fuentes desinformadas».

Los Angeles Times lo reportó «porque creemos que el primer paso hacia un mejor ajuste familiar y comunitario es conocer los hechos. Los conceptos erróneos y los temores han causado muchas tragedias personales…

«Creemos que el bien que se gana al publicar estos hallazgos supera con creces la renuencia de algunas personas a mencionar el tema».

Insoportable

El informe femenino salió en la era McCarthy, un momento particularmente convencional en la historia de EE.UU., cuando el ícono de la feminidad estadounidense era Doris Day haciendo tareas domésticas.

Y el libro decía que esas maravillosas mujeres se masturbaban y a veces eran infieles.

Doris Day con Frank Sinatra y Ethel Barrymore en "Siempre tú y yo" (1954).

FUENTE DE LA IMAGEN, GETTY IMAGES. Doris Day con Frank Sinatra y Ethel Barrymore en «Siempre tú y yo» (1954).

Gran parte del público estadounidense sencillamente no podía soportarlo.

Kinsey fue acusado de ser comunista y de tratar de socavar el país.

En 1954, un subcomité del Senado apuntó a la Fundación Rockefeller, la fuente de la mayor parte del apoyo de Kinsey. Sus informes fueron condenados rotundamente, y la financiación de Rockefeller no fue renovada.

Las críticas seguían acumulándose y la salud del científico comenzó a deteriorarse.

El 25 de agosto de 1956, murió a la edad de 62 años.

En las dos décadas posteriores, un cambio en las actitudes hacia el sexo se extendió por el mundo.

La revolución sexual estaba en marcha, pero él no vivió para verla.

«Hicimos esta investigación porque descubrimos una brecha en nuestro conocimiento», explicó Kinsey en su entrevista televisada.

«Y en la historia de la ciencia doquiera que llenamos un vacío, la humanidad en última instancia puede beneficiarse».

Sin vendas

Multitud en gimnasio con Kinsey hablando

FUENTE DE LA IMAGEN, GETTY IMAGES. «Una multitud récord llenó el gimnasio de hombres de la Universidad de California para escuchar al Dr. Alfred C. Kinsey hablar sobre la vida amorosa de las mujeres», pie de foto original.

La «bomba atómica» de Kinsey no redibujó instantáneamente el paisaje social, pero fue un poderoso estimulante de la revolución sexual.

Abrió el camino a estudios serios sobre la sexualidad, con pioneros como Masters y Johnson admitiendo que no podrían haber hecho su investigación sin la precedencia de Kinsey.

Aunque todos los aspectos de su investigación han sido criticados y reivindicados una y otra vez, sus libros alumbraron rincones hasta entonces oscuros y desafiaron a la gente a quitarse las vendas en relación al sexo, a no temer ni condenar lo que era absolutamente normal.

Y ese era un genio que no volvería a meterse en la lámpara, por más esfuerzos que hicieran sus opositores.

Aunque estos nunca han dejado de intentarlo.

En febrero de este año, por ejemplo, la Cámara de Representantes de Indiana votó a favor de bloquear la financiación estatal del Instituto Kinsey, que durante mucho tiempo ha enfrentado críticas de los conservadores por investigar la sexualidad y por el legado del trabajo de Kinsey, al que culpan de contribuir a la liberalización de la moral sexual.

Imagen de portada: GETTY IMAGES. Dr. Alfred Kinsey y su esposa Clara a finales de la década de 1940.

FUENTE RESPONSABLE: Redacción BBC News Mundo. 10 de marzo 2023.

Sociedad y Cultura/EE.UU./Ciencia/Sexualidad

La diferencia entre la realidad y la ciencia ficción de los ovni.

IGNORAN EL MÉTODO CIENTÍFICO

El astrofísico de Harvard Avi Loeb denuncia tanto a los creyentes como a los negacionistas de los ovnis alienígenas, ambos grupos cegados por el dogmatismo y su desprecio del método científico.

Sí deseas profundizar sobre esta entrada; cliquea por favor adonde está escrito en color “azul”. Muchas gracias.

El pensamiento mágico postula que todo lo imaginable es posible. Es una droga recreativa adictiva que consumen no sólo los aficionados, sino también algunos científicos de la corriente dominante que creen en el multiverso y sostienen que «todo lo que puede suceder sucederá un número infinito de veces«. 

Al parecer, el sentido común no es común. Ambos lados de la discusión prefieren evitar el método científico para preservar su forma dogmática de pensar. 

En una reciente entrevista con Stephen Colbert, Steven Spielberg sugirió que los Fenómenos Aéreos No Identificados (FANI) podrían ser de origen extraterrestre. Su umbral para sugerir este extremo es aceptable para los guiones de ciencia ficción en Hollywood, pero no para la ciencia. ¿Qué diferencia a la ciencia de la ficción? En una palabra: pruebas.

La gente puede decir lo que quiera. Algunos, como Bob Lazar, han dicho lo mismo sobre el origen alienígena de los ovni, insistentemente, durante décadas. Pero la persistencia no convierte en verdad lo que dice sin las pruebas directas que puedan corroborar sus afirmaciones. Una persona que insiste durante décadas en que es Napoleón Bonaparte sin mostrar pruebas que lo corroboren no saldrá a la palestra política en Francia, sino que será internada en un psiquiátrico. ¿Cuál es la diferencia entre estos dos resultados? Las pruebas y el sentido común. Napoleón tendría 254 años si estuviera vivo hoy.

La necesidad de basarse en pruebas, independientemente de los testimonios humanos, resulta obvia en los informes contradictorios de testigos presenciales de accidentes de tráfico o de aficionados a los acontecimientos deportivos.

Todos son testigos de la misma realidad, pero la cuentan de forma diferente y a veces contradictoria. Los vídeos de alta resolución pueden resolver esas controversias, como ha demostrado recientemente la FIFA en el Mundial de Fútbol de 2022.

Un asteroide quemándose en la entrada a la atmósfera terrestre.

De forma similar al servicio que prestan las cámaras de vídeo a los árbitros de fútbol, unos instrumentos científicos bien calibrados podrían guiarnos hacia una visión sobria de la realidad, sin ilusiones sobre lo que queremos que sea. Cuando el personal militar informa sobre los ovni, como se comenta en el informe de 2022 del Director de Inteligencia Nacional al Congreso de Estados Unidos, deberíamos sentirnos intrigados.

No hay duda de que los informes indican algo inusual, pero las pruebas públicas que tenemos a mano no son suficientes para apoyar la afirmación de Spielberg. Para corroborar cualquier interpretación con hechos, debemos seguir el método científico y recopilar nuevos datos.

La agenda científica del Proyecto Galileo subraya esta necesidad.

Es el primer programa de investigación sistemática destinado a recopilar amplios datos de fenómenos aéreos no identificados durante mucho tiempo y en muchos lugares con instrumentos bien calibrados, usando la clasificación de la inteligencia artificial para determinar si los objetos son familiares, ya sean naturales (como bichos, pájaros o meteoritos rocosos) o fabricados por el hombre (como globos, drones, aviones, satélites o cohetes). Los instrumentos de medición actuales son mucho mejores que los que teníamos hace décadas.

Además, el cielo no es secreto. Por tanto, no debemos obsesionarnos con los datos incompletos de los informes antiguos del Pentágono, sino recoger nuevos datos de alta calidad y averiguar si hay objetos extraterrestres en nuestro cielo.

Un F-22 Raptor lanzando un AIM-9 Sidewinder como el que abatió al OVNI sobre el Yukón. (USAF)

Por mucho que este tema sea de sentido común, soy testigo de las reacciones en contra del proyecto, tanto de los escépticos como de los creyentes en el origen extraterrestre de estos fenómenos.

Al parecer, el sentido común no es común.

Ambos lados de la discusión prefieren evitar el método científico para preservar su forma dogmática de pensar. La historia de la humanidad no tiene por qué sorprendernos. Los cambios de paradigma requieren personas dispuestas a examinar posibilidades ridiculizadas por los científicos convencionales.

Pero la ardua batalla es aún más catastrófica para las propuestas que no se ajustan a las normas sociales, como la sugerencia de Giordano Bruno de que podrían existir exoplanetas alrededor de otras estrellas.

La lección aprendida es que la validez de las ideas no debe juzgarse mediante concursos de popularidad medidos por el número de «me gusta» que obtienen en Twitter, sino por las pruebas científicas que las respaldan. 

Reunir estas pruebas es un trabajo duro.

Requiere financiación, diseño y montaje de instrumentos de última generación, pruebas y calibración, una cuidadosa recopilación de datos y un análisis cuantitativo de los mismos. Por ejemplo, conocer la distancia a los objetos observados es crucial para deducir su velocidad y aceleración. Una medición fiable de la distancia requiere la triangulación desde varios sitios o un pulso de radar activo.

Alex Delacroix (derecha), el ingeniero mecánico que se pasó del Observatorio Palomar de Caltech a Harvard y diseñó la arquitectura del Observatorio del Proyecto Galileo, junto a Avi Loeb, el 24 de enero de 2023.

Cuando los astrónomos ucranianos informaron sus mediciones de la distancia a fenómenos aéreos oscuros desde un solo lugar, señalé en un artículo que sus velocidades inferidas eran probablemente incorrectas porque a esas distancias la velocidad de los objetos los habría convertido en bolas de fuego brillantes y no habrían parecido oscuros.

Los partidarios de la hipótesis del fenómeno extraterrestre rechazaron de inmediato mi afirmación y sugirieron una nueva física para explicar la discrepancia. Lo que se les escapa es que el listón para crear una nueva física es mucho más alto que unos datos incompletos.

Para argumentar una nueva física, o incluso de tecnologías no humanas basadas en la física conocida, hay que disponer de datos de alta calidad que descarten cualquier otra interpretación, como esas mediciones de distancia incorrectas, más allá de toda duda razonable. La carga de la prueba recae en quienes afirman que existe una nueva física.

El progreso de nuestros conocimientos científicos no avanza gracias a nuestra imaginación, sino a pruebas irrefutables. Sin mediciones precisas de la distancia, las observaciones del UAP no pueden utilizarse para sugerir una nueva física. Por razonable que parezca, el principio de guiarse por la evidencia no es popular.

La naturaleza humana favorece una realidad virtual más excitante o halagadora que la realidad real. Si no nos gusta cómo nos vemos en el espejo o en las fotografías, nos maquillamos, retocamos nuestras fotos o nos suscribimos a una aplicación de citas que mejora nuestro aspecto en el mundo virtual. 

Esta tendencia explica la popularidad del multiverso en la ciencia y del metaverso en Silicon Valley. Carl Sagan dijo que se necesitan pruebas extraordinarias para probar afirmaciones extraordinarias.

Pero hay esperanza. Aunque la tendencia anterior caracteriza a los adultos, es menos frecuente entre los niños que desean humilde y sinceramente aprender sobre el mundo a partir de la evidencia, sin prejuicios ni ilusiones.

Esperemos que todos conservemos nuestra curiosidad infantil hasta bien entrada la edad adulta y mantengamos la mente del principiante (Shoshin) preconizada por el budismo zen.

La motivación para atender a la realidad que todos compartimos es sencilla: nos permite adaptarnos a su verdadera naturaleza e impulsa nuestros futuros avances tecnológicos.

Los físicos de principios del siglo XX nunca imaginaron la Mecánica Cuántica, que sentó las bases de los ordenadores modernos, los láseres, los teléfonos móviles e Internet.

Pero también hay un beneficio secundario.

Buscar pruebas en lugar de un pensamiento mágico para guiarnos elevará nuestro estatus en la clase de civilizaciones inteligentes dentro de la Vía Láctea.

Imagen de portada: Fotograma de Star Trek. (Paramount)

FUENTE RESPONSABLE: El Confidencial. Por Avi Loeb. Actualizado 10 de marzo 2023.

Sociedad y Cultura/Espacio/Universo/Ciencia.

El novedoso sistema en Islandia para capturar CO2 de la atmósfera que resulta 3 veces más eficiente que el actual.

Un nuevo sistema para extraer el dióxido de carbono de la atmósfera y guardarlo en el océano está siendo delineado por los científicos que lo desarrollaron.

Los autores dicen que el novedoso sistema atrapa el CO2 del aire hasta tres veces más eficientemente que los métodos actuales.

El gas -que es responsable del calentamiento global- puede ser transformado en bicarbonato de sodio y almacenado de manera segura y barata en el mar.

El nuevo método podría acelerar el emplazamiento de la tecnología de extracción de carbono, dicen los expertos.

Mientras que en el mundo se ha estado luchando para limitar y reducir las emisiones de dióxido de carbono, varias empresas se han concentrado en el desarrollo de tecnología que retira el CO2 de la atmósfera.

Entre estas, la empresa Climeworks de Suiza es tal vez la más conocida. En los últimos diez años ha desarrollado máquinas que absorben el aire de la atmósfera para luego filtrarla y atrapar las moléculas de dióxido de carbono.

En una planta instalada en Islandia, el CO2 capturado se inyecta en las profundidades de la tierra, donde es convertida en piedra.

DAC

FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES. Climeworks instaló en Islandia la mayor planta del mundo de captura directa del aire. .

Recientemente, la compañía empezó a vender un servicio de extracción certificada de carbono a grandes clientes corporativos como Microsoft, Spotify y Stripe.

Sin embargo, uno de los grandes problemas de la mayoría de estos métodos de captura directa de aire (DAC, por sus siglas en inglés) es el costo.

Aunque el CO2 es un potente agente de calentamiento, está relativamente diluido en la atmósfera en razón de 400 partes por millón (ppm) en el aire.

Así que las grandes máquinas necesarias para absorber y distribuir el CO2 consumen una gran cantidad de energía.

Pero esta nueva tecnología, que usa resinas y otros químicos fácilmente disponibles, promete mucha mejor eficiencia a un costo más bajo, afirman los científicos involucrados en su desarrollo.

El equipo investigativo tomó prestado un método que se aplica al agua, y manipuló los materiales existentes para extraer CO2 del aire.

En pruebas realizadas, el nuevo material híbrido de absorción pudo atrapar tres veces más CO2 que las sustancias existentes.

Plantación de árboles en China

FUENTE DE LA IMAGEN, GETTY IMAGES. Plantar árboles en gran escala, como lo hacen aquí en China, es una forma barata de la captura directa de aire, pero usa áreas muy extensas de tierra.

«Hasta donde sé, no hay un material de absorción, que ni siquiera a 100.000 ppm, puede demostrar la capacidad que nosotros logramos de captura directa de aire de 400 ppm», expresó el director del proyecto, profesor Arup SenGupta de la Universidad Lehigh, Estados Unidos.

«Esta simple habilidad de capturar CO2 en grandes cantidades, en un material de volumen pequeño, es un aspecto único de nuestro trabajo».

Satisfacción

Aunque el desarrollo de este método se encuentra en las primeras etapas, ha sido recibido con beneplácito por otros expertos en este campo.

«Estoy contenta de ver este estudio publicado en la literatura especializada, es muy emocionante y tiene una buena posibilidad de transformar los esfuerzos de captura de CO2», expresó la profesora Catherine Peters de la Universidad de Princeton, una experta en ingeniería geológica, que no estuvo involucrada en el proyecto.

«Lo que es ingenioso de esto es que el punto de partida fue una tecnología que se había diseñado anteriormente para ser aplicada al agua. Este avance aplica esta tecnología a la fase de gas, una nueva idea», manifestó.

«El resultado demostrado de captura de CO2 es prometedor», agregó.

Uno de los grandes desafíos en la captura de CO2 es qué hacer con el gas atrapado.

Uno de los métodos más usados es almacenarlo en la tierra o mar en antiguos pozos de petróleo. Pero el nuevo estudio sugiere que, al añadir unos químicos al CO2 capturado se puede transformar en bicarbonato de sodio que se puede almacenar fácil y seguramente en el mar.

Un parque eólico

FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES

A pesar de la rápida instalación de sistemas de energía renovable, para controlar las crecientes temperaturas probablemente se necesitará una extensa extracción de carbono también.

Esperanza

El doctor SenGupta dice querer ahora establecer una empresa derivada para desarrollar aun más la tecnología.

Sostiene que esta manera de extracción de CO2 no sólo será crítica en limitar el aumento de las temperaturas globales, sino que podría directamente empoderar a los países en desarrollo.

«Tenemos que llevarlo a lugares como Bangladesh, Barbados o las Maldivas. Ellos también tienen un papel que jugar, no pueden ser unos simples espectadores que continúan sufriendo».

Algunos científicos son reacios a ponerle demasiado énfasis a las nuevas y emergentes tecnologías como la captura directa de aire porque temen que podrían disminuir los esfuerzos de gobiernos e individuos para reducir la emisión de carbono.

Pero con el riesgo en que se encuentran los límites de temperatura establecidos en el Acuerdo de París sobre el cambio climático por el aumento de las emisiones, muchos otros sienten que un rápido despliegue de captura directa de aire, además de profundos recortes en las emisiones de carbono, es la mejor esperanza de evitar un peligroso cambio climático.

«Se ha vuelto aun más importante ahora que definitivamente estamos en un proceso que nos llevará a exceder los límites, donde tenemos que extraer el carbono del medio ambiente», dijo el profesor Klaus Lackner, un pionero en el campo de la extracción de CO2.

«DAC tendrá que volverse más barata para que pueda hacer una útil contribución. Soy optimista de que lo puede lograr».

El profesor SenGupta comparte ese optimismo, convencido de que su nuevo método puede extraer CO2 por menos de US$100 la tonelada.

La investigación fue publicada en la revista especializada Science Advances.

Imagen de portada: GETTY IMAGES.Las emisiones de CO2 producidas por el sector energético continúan siendo un factor en el calentamiento global.

FUENTE RESPONSABLE: Matt McGrath; BBC News, Corresponsal de Medio Ambiente. 9 de marzo 2023.

Sociedad/Contaminación del aire/Ecología/Cambio Climático/Ciencia

Se aproxima un cometa que brilla más que las estrellas.

Estiman que un cometa recién descubierto, a medida que se acerque al Sol y a nuestro planeta, podría brillar más en el cielo nocturno de la Tierra que muchas estrellas. La mayor aproximación del cometa al centro del sistema solar se producirá el 28 de septiembre de 2024, antes de alcanzar su punto más cercano a la Tierra, el 13 de octubre.

Se trata del cometa con el largo nombre de C/2023 A3 (Tsuchi Shan-ATLAS), indicó el medio Science Alert. Los astrónomos predicen un brillo de magnitud 0,7 en el perihelio del cometa. Cabe destacar que la estrella Betelgeuse en la constelación de Orión tiene su magnitud en torno a 0,42, Antares —la estrella más brillante en la constelación de Escorpio— un poco más tenue, con un poco más de 1.

Según las estimaciones provisionales, en su punto más cercano a la Tierra, la magnitud del cometa podría alcanzar un -0,2, lo que lo convertiría en uno de los objetos más brillantes del cielo nocturno. También podría afectar la dispersión frontal, cuando el polvo y el hielo del cometa reflejan la luz del Sol, así prevé que la magnitud alcanzaría -5. Sin embargo, hay que tener en mente que el brillo del cometa es más difuso que el de las estrellas, ya que se trata de un objeto en movimiento con una cola (potencialmente), en lugar de una única fuente de luz.

Existe riesgo de que el cometa pueda chocar con una estrella, así que se espera que este encuentro con el otro objeto cósmico no lo haga pedazos.

Los días cercanos al 13 de octubre son los mejores para ver el brillo. Aparecerá en el cielo del amanecer cerca de las constelaciones de Hidra y Cráter. Se supone que los observadores de estrellas deberían empezar a ver bien el cometa en junio de 2024, aunque el objeto celeste puede cambiar su trayectoria. A pesar de la incertidumbre, se trata de una perspectiva apasionante para los astrónomos observar C/2023 A3 en los próximos meses.

El cometa C/2023 A3 fue detectado el 9 de enero de 2023 en el Observatorio de la Montaña Púrpura, en China. Luego los astrónomos lo captaron de nuevo por el telescopio Asteroid Terrestrial-impact Last Alert System (ATLAS) en Sudáfrica, el 22 de febrero de 2023. Como resultado, recibe los dos nombres del instituto en su propio nombre (tsu chin shan significa montaña púrpura en mandarín).

Aparte de su brillo, C/2023 A3 avanza a gran velocidad: a unos 290.664 kilómetros por hora, dando una vuelta al sistema solar que, según los cálculos, durará aproximadamente 80.660 años. En estos momentos se encuentra entre las órbitas de Saturno y Júpiter.

Imagen de portada: CC BY 2.0 / NASA Hubble Space Telescope / Asteroid Leaves Odd X Pattern of Trailing Debris.

FUENTE RESPONSABLE: Sputnik Mundo.

Sociedad/Astronomía/Ciencia/Espacio/Cometa.

Qué son los gigantescos arcos de galaxias, las estructuras más grandes del cosmos que desafían lo que sabemos sobre el universo.

En 2021, la estudiante de doctorado británica Alexia Lopez estaba analizando la luz proveniente de cuásares distantes cuando hizo un descubrimiento sorprendente.

Detectó un arco gigante, casi simétrico, de galaxias a 9.300 millones de años luz de distancia en la constelación de Bootes (el Boyero).

Con una extensión masiva de 3.300 millones de años luz, la estructura es 1/15 del radio del universo observable.

Si pudiéramos verla desde la Tierra, tendría el tamaño de 35 lunas llenas desplegadas en el cielo.

Conocida como el Arco Gigante, la estructura cuestiona algunas de las suposiciones básicas sobre el universo.

De acuerdo con el modelo estándar de la cosmología, la teoría en la que se basa nuestra comprensión del universo, la materia debería distribuirse más o menos uniformemente en el espacio.

Cuando los científicos observan el universo a escalas muy grandes, no debería haber irregularidades notables; todo debe verse igual en todas las direcciones.

Sin embargo, el Arco Gigante no es el único ejemplo de este tipo. Estas gigantescas estructuras obligan ahora a los científicos a reevaluar su teoría de cómo evolucionó el universo.

Lopez estaba estudiando para obtener su maestría en la Universidad Central de Lancashire, en Reino Unido, cuando su supervisor sugirió usar un nuevo método para analizar estructuras de gran escala en el universo.

Usó cuásares -galaxias distantes que emiten una cantidad extraordinaria de luz- para buscar magnesio ionizado, un signo seguro de nubes de gas que rodean una galaxia.

Cuando la luz pasa a través de este magnesio ionizado, ciertas frecuencias son absorbidas, dejando «firmas» de luz únicas que los astrónomos pueden detectar.

«Examiné cúmulos de galaxias conocidos y documentados, y luego comencé a trazar cómo se veían estas áreas en el método Magnesio II», dice Lopez.

«Un cúmulo que observé era muy pequeño, pero cuando lo tracé en magnesio II había esta interesante banda densa de absorción de magnesio en todo el campo de visión. Así es cómo lo terminé de descubrir. Fue un feliz accidente y tuve suerte de que fuera yo quien lo encontró».

Lo que descubrió Lopez con su «feliz accidente» fue asombroso. Al mirar hacia la constelación de Bootes, un grupo de entre 45 y 50 nubes de gas, cada una asociada con al menos una galaxia, parecía organizarse en un arco de 3.300 millones de años luz de diámetro.

Ese es un tamaño considerable dado que el universo observable tiene 94.000 millones de años luz de ancho.

Cielo

FUENTE DE LA IMAGEN, STANDRET/GETTY IMAGES

Las gigantescas estructuras obligan ahora a los científicos a reevaluar su teoría de cómo evolucionó el universo.

Según el artículo de Lopez, es extremadamente improbable (una probabilidad de solo el 0,0003 por ciento) que una estructura tan grande haya surgido por casualidad.

Sugiere que puede haberse formado debido a algo en la física natural del universo que actualmente no tenemos en cuenta.

Sus hallazgos desafían directamente una faceta central del modelo cosmológico estándar: la mejor explicación que tenemos de cómo comenzó y evolucionó el universo.

Esta faceta, conocida como el principio cosmológico, establece que, a gran escala, el universo debería verse más o menos igual en todas partes, sin importar tu posición o la dirección en la que estés mirando.

No debe haber estructuras gigantes, sino que el espacio debe ser liso y uniforme. Esto es conveniente, ya que permite a los investigadores sacar conclusiones sobre todo el universo basándose únicamente en lo que vemos desde nuestra ubicación.

Sin embargo, también tiene sentido, ya que después del Big Bang, el universo se expandió hacia afuera, arrojando materia en todas direcciones simultáneamente.

Hay otro problema. Según el modelo estándar, estructuras como el Arco Gigante simplemente no habrían tenido tiempo de formarse.

«La idea actual de cómo se formaron las estructuras en el universo es a través de un proceso conocido como inestabilidad gravitacional», dice Subir Sarkar, profesor de física teórica de la Universidad de Oxford.

Alrededor de un millón de años después del Big Bang, cuando el universo se estaba expandiendo, pequeñas fluctuaciones en la densidad llevaron a que se aglomeraran fragmentos de materia.

Durante miles de millones de años, la atracción de la gravedad finalmente llevó a estos grupos a formar estrellas y galaxias.

Sin embargo, hay un límite de tamaño para este proceso. Algo más grande que unos 1.200 millones de años luz de diámetro simplemente no habría tenido tiempo suficiente para formarse.

«Para formar estructuras, necesitas que las partículas se congreguen cerca unas de otras para que pueda ocurrir un colapso gravitatorio», dice Sarkar. «Esas partículas tendrían que moverse desde el exterior de la estructura para llegar allí».

«Entonces, si tu estructura tiene 500 millones de años luz de diámetro, la luz tardaría 500 millones de años en moverse de un extremo al otro».

«Sin embargo, las partículas de las que estamos hablando se mueven mucho más lentamente que la luz, por lo que se necesitarían miles de millones de años para crear una estructura de este tamaño, y el universo solo existe desde hace unos 14.000 millones de años».

constelación

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Se descubrió que Bootes (el Boyero) contiene un arco gigante de galaxias de unos 3.300 millones de años luz de diámetro.

El Arco Gigante descubierto por Lopez no es la única estructura de gran escala descubierta por los astrónomos.

Está la Gran Muralla (también llamada Gran Muralla CfA2) de galaxias descubierta en 1989 por Margaret Geller y John Huchra.

La muralla tiene aproximadamente 500 millones de años luz de largo, 300 millones de años luz de ancho y 15 millones de años luz de espesor.

Aún más grande es la Gran Muralla Sloan, una estructura cósmica formada por una pared gigante de galaxias, descubierta en 2003 por J Richard Gott III, Mario Juric y sus colegas en la Universidad de Princeton.

Esa muralla tiene casi 1.500 millones de años luz de largo.

En la última década, el descubrimiento de estos gigantes se ha acelerado aún más. En 2014, los científicos descubrieron el supercúmulo de Laniakea, una colección de galaxias en las que reside nuestra propia Vía Láctea.

Laniakea tiene 520 millones de años luz de diámetro y contiene aproximadamente la masa de 100.000 billones de soles.

Luego, en 2016, se descubrió la Gran Muralla BOSS, un complejo de galaxias de más de mil millones de años luz de diámetro. BOSS está formado por 830 galaxias separadas que la gravedad ha atraído en cuatro supercúmulos.

Las galaxias están conectadas por largos filamentos de gas caliente. En 2020, también se agregó a la lista el Muro del Polo Sur, que se extiende a lo largo de 1.400 millones de años luz.

Sin embargo, el actual poseedor del récord de la mayor de estas estructuras es la Gran Muralla Hércules-Corona Borealis.

Descubierta en 2013, abarca 10.000 millones de años luz, más de una décima parte del tamaño del universo visible.

formación de galaxias

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«Lo calculamos y luego nos dimos cuenta, ‘Oh, oh, esto es lo más grande del universo'», dice Jon Hakkila, profesor de física y astronomía en la Universidad de Alabama en Huntsville.

Su preocupación estaba justificada. Tanto Hakkila como Lopez realizaron una serie de pruebas estadísticas para tratar de demostrar que los resultados no podían deberse al azar.

Para el Arco Gigante, los resultados tienen un nivel de confianza del 99,9997%. En la investigación científica, el estándar de oro para la significación estadística se conoce como 5-sigma, que equivale a una probabilidad de aproximadamente 1 en 3,5 millones de que los resultados se deban al azar.

El Arco Gigante alcanzó un significado de 4,5 sigma, por lo que aún existe la posibilidad de que la estructura sea un arreglo aleatorio de estrellas.

«Nuestros ojos son muy buenos para ver patrones. Es posible que veas iniciales en las nubes, pero esa no es una estructura real, tu mente está imponiendo una estructura sobre lo que en realidad es aleatorio», explica Sarkar.

«Sin embargo, no creo que ese sea el caso en esta situación, creo que es una cadena física genuina de supercúmulos».

Si se demuestra que existen más estructuras como el Arco Gigante y la Gran Muralla Hércules-Corona Boreal, los astrónomos se verán obligados a reescribir, o al menos revisar, el modelo estándar de cosmología.

No sería la primera vez que habría que adaptar el modelo. En 1933, el científico de Caltech, Fritz Zwicky, midió la masa de un cúmulo de galaxias y descubrió que el número era menor de lo que esperaba.

De hecho, la masa era tan pequeña que las galaxias deberían haberse separado y escapado a la atracción gravitacional del cúmulo.

Por lo tanto, algo más debe mantener unidos a los cúmulos de galaxias.

Este «algo» es la materia oscura, una sustancia misteriosa que se cree que constituye el 27% del universo.

Después, en 1998, el modelo se adaptó aún más para incluir la energía oscura, después de que dos equipos independientes de astrónomos midieran la expansión del universo y descubrieran que se estaba acelerando.

De cualquier manera, deberíamos saberlo con seguridad en los próximos años. El Legacy Survey of Space and Time (LSST), un estudio planificado de 10 años del cielo del hemisferio sur, puede proporcionar a los astrónomos una visión sin precedentes del universo.

«Se necesita mucho para hacer un cambio de paradigma, especialmente cuando las personas invierten sus vidas y carreras en ello, pero en última instancia, con la ciencia tenemos que comprobar quién tiene la razón», afirma Sarkar.

Imagen de portada: GETTY IMAGES

FUENTE RESPONSABLE: Jasmin Fox-Skelly; BBC Future. 7 de marzo 2023.

Sociedad/Espacio/Astronomía/Ciencia

Lynn Margulis, la bióloga que reinterpretó la evolución.

Lynn Margulis fue considerada durante mucho tiempo como una radical, sin embargo, su teoría Endosimbiótica enfrentó algunos de los postulados más sólidos de la teoría de la Evolución de Charles Darwin, y le daría para siempre un nuevo matiz.

La teoría de la Evolución por Selección Natural de Charles Darwin marcó un antes y un después en el modo en que entendemos la vida en la Tierra. Desde su aparición, sin embargo, muchos fueron los detractores que buscaron refutarla o, al menos, ponerla a prueba. Tampoco faltaron defensores acérrimos de la misma que se encaminaron a apuntalar sus puntos más débiles. De entre todos ellos, no obstante, destaca el nombre de Lynn Margulis, una bióloga cuyo trabajo, por contradictorio que pueda resultar, conseguiría ambas cosas a la vez. 

La historia de Margulis, considerada justamente una de las biólogas más importantes del siglo XX, comienza un 5 de marzo de 1938 en la ciudad de Chicago. Cursó sus primeros años de formación en el Instituto Hyde Park de su ciudad natal, tras lo cual, a la temprana edad de 16 años, sería aceptada en el programa de alumnos adelantados de la Universidad de Chicago donde, según la propia Margulis, adquiriría «un título, un marido -el astrónomo y divulgador científico Carl Sagan– y un mayor escepticismo crítico». 

Durante los años siguientes, en 1960, Margulis obtendría una maestría en zoología y genética en la Universidad de Wisconsin. Ocho años y dos hijos después, Sagan y Margulis se divorciarían en 1964. Al año siguiente, en 1965, la bióloga se doctoraría en genética por la Universidad de Berkeley y en 1966 se incorporaría al departamento de genética de la Universidad de Boston, donde ejerció de profesora durante más de 20 años. 

LYNN MARGULIS Y LA TEORÍA ENDOSIMBIÓTICA 

Desde muy temprano Margulis se sintió atraída por un campo que hasta el momento había sido objeto de escasa atención por parte de la biología: el mundo bacteriano. Entonces consideradas las bacterias poco más que gérmenes o agentes infecciosos, una de las mayores virtudes de la bióloga fue precisamente dirigir el foco del estudio de la evolución hacia la microbiología, dando, no con escasa oposición, una nueva vuelta de tuerca a la teoría propuesta por Charles Darwin. 

Así, tras 15 intentos fallidos, Margulis consiguió en 1967 que su artículo Origin of Mitosing Cells, fuera publicado en la revista Journal of Theoretical Biology. Durante los años siguientes Margulis seguiría trabajando en la que el profesor experto en protistas de la Universidad de la Columbia Británica, Max Taylor, denominaría con el acrónimo de SET (Serial Endosymbiosis Theory o Teoría de la Endosimbiosis seriada), hasta que su trabajo adquirió las dimensiones de un libro, Origyn of Eukariotik cells, que, tras nuevos rechazos, sería publicado por la Universidad de Yale. 

A grandes rasgos, lo que la teoría Endosimbiótica de Margulis proponía era que las células eucariotas, es decir las células con núcleo, evolucionaron a partir de la simbiosis entre bacterias que habían existido hasta el momento de manera independiente. Se trataba de una de las explicaciones a uno de los mayores dilemas de la biología, el «salto» de la célula procariota a eucariota. 

Sin embargo, su teoría llegaba en un momento en el que la Síntesis evolutiva moderna, es decir, la integración de la teoría de la Evolución de las especies por  selección natural de Charles Darwin, la teoría Genética de Gregor Mendel como base de la herencia genética, y el concepto de mutación aleatoria como fuente de variación genética en las poblaciones, estaban firmemente consolidados. También, además, en un momento en el que el evolucionismo estaba dominado por zoólogos y un profundo énfasis en el reino animal. 

Por todo ello Margulis fue considerada durante mucho tiempo como una radical:  su teoría, la cual postulaba la cooperación como uno de los principales motores de la evolución en una de las etapas más tempranas de la historia de la vida en la Tierra, chocaría de frente con los enfoques tradicionales darwinianos, que en un plano opuesto postulaban la supervivencia del más apto. Desde entonces, no obstante, la SET se ha ido abriendo camino hasta el día de hoy, y en la actualidad su validez respecto a la aparición de la célula eucariota es un hecho ampliamente aceptado.

LA BIOLOGÍA A TRAVÉS DE LOS OJOS DE LYNN MARGULIS

Con sus trabajos Margulis no solo proponía un nuevo enfoque a la teoría de la Evolución, si no un modo completamente diferente de entender la biología, lo que se materializaría en otras de sus teorías más conocidas: la teoría simbiogenética, en la que defendía que animales y plantas, hasta entonces considerados organismo individuales, son en realidad comunidades de organismos menos complejos (células y bacterias) que cooperan para sobrevivir. 

Sin embargo, aunque si bien es cierto, como decíamos unas líneas atrás, que en la actualidad la comunidad científica acepta la importancia de la endosimbiosis seriada en el salto de procariotas a eucariotas, también rechaza la simbiogénesis como un hecho generalizado en el proceso evolutivo. 

Entre otros de los trabajos de Margulis, cabe destacar la publicación en 1982 de Five Kindoms, libro escrito en colaboración con la bióloga estadounidense,  Karlene V. Schwartz, en el que clasificó la vida en la Tierra en cinco reinos, agrupados en dos grandes grupos: bacterias y eucariotas. Este modelo sería aceptado hasta el descubrimiento del dominio arqueobacteria, lo que postuló el sistema de tres dominios formado por Bacteria, Archaea y Eucarya empleado en la actualidad para la clasificación de los seres vivos. 

Además de varias publicaciones académicas, Margulis escribiría también numerosos libros interpretando conceptos y dilemas científicos para una audiencia popular, como el caso de la controvertida Hipótesis Gaia de James Lovelock, que defiende que la Tierra es un super organismo. 

Como reconocimiento a una vida dedicada a la ciencia y a sus valiosas aportaciones, fue elegida miembro de la Academia Nacional de Ciencias en 1983 y uno de los tres miembros estadounidenses de la Academia Rusa de Ciencias Naturales. También recibiría en 1999, el mismo año que el Premio William Procter de Sigma Xi, la Medalla Nacional de Ciencias de Estados Unidos, y en 2008 sería galardonada con la Medalla Darwin-Wallace de la Sociedad Linneana de Londres.  Como consecuencia de un derrame cerebral sufrido mientras trabajaba con uno de sus estudiantes, fallecería 3 años después, en 2011, a la edad de 73 años, pasando a la historia como una de las figuras que puso patas arriba, para bien, la teoría de la Evolución. 

Imagen de portada: Lynn Margulis

FUENTE RESPONSABLE: National Geographic España. Por Héctor Rodríguez. 6 de marzo 2023

Sociedad y Cultura/Ciencia/Biología/Microorganismos/Evolución.

Nuevo hallazgo del telescopio James Webb cambiaría la forma en la que los científicos entienden la creación del universo.

La creación, en duda después de décadas de certeza.

En una nueva investigación publicada en Nature por científicos internacionales, informaron la localización de seis galaxias masivas que fueron identificadas en el universo primitivo, lo que estaría cambiando lo que los científicos sabían previamente sobre los orígenes del universo.

De acuerdo con un informe publicado en el sitio web de Infobae, utilizando el primer conjunto de datos publicado por el Telescopio Espacial James Webb de la NASA, el equipo descubrió objetos tan antiguos como la Vía Láctea, cuando el universo tenía solo el 3 por ciento de su edad actual, unos 500-700 millones de años después del Big Bang.

Joel Leja, profesor asistente de astronomía y astrofísica en Penn State, explicó: “Estos objetos son mucho más masivos de lo que nadie esperaba. Esperábamos encontrar galaxias pequeñas, jóvenes y bebés en este momento, pero hemos descubierto galaxias tan maduras como la nuestra en lo que antes se entendía como el amanecer del universo”.

Los investigadores mostraron evidencia de que las seis galaxias encontradas son mucho más masivas de lo que nadie esperaba y cuestionan todo lo narrado antes sobre la creación y el comienzo del universo.

Los científicos, con “la mente abierta”

Por muchos años hemos leído sobre el Big Bang, la principal teoría científica sobre la creación, pero Leja cree que los científicos deben tener la mente abierta tras el hallazgo del James Webb.

“Este es nuestro primer vistazo hasta ahora, por lo que es importante que mantengamos la mente abierta sobre lo que estamos analizando. Si bien los datos indican que probablemente sean galaxias, creo que existe una posibilidad real de que algunos de estos objetos resulten ser agujeros negros supermasivos oscurecidos”, analizó.

“Independientemente, el tamaño de lo que descubrimos significa que la masa conocida en las estrellas en este período de nuestro universo es hasta 100 veces mayor de lo que habíamos pensado anteriormente. Incluso si cortamos la muestra a la mitad, este sigue siendo un cambio asombroso”.

Galaxias masivas

Las galaxias que descubrió el equipo son tan masivas que están en tensión con el 99% de los modelos de cosmología. Una cantidad tan alta de masa requeriría alterar los modelos de cosmología o revisar la comprensión científica de la formación de galaxias en el universo primitivo.

“Cualquiera de los escenarios requiere un cambio fundamental en nuestra comprensión de cómo surgió el universo. Miramos el universo muy primitivo por primera vez y no teníamos idea de lo que íbamos a encontrar. Resulta que nos enfrentamos a algo tan inesperado que en realidad crea problemas para la ciencia”, destaca el informe.

Imagen de portada: Galaxia (Unsplash)

FUENTE RESPONSABLE: Fayer Wayer. Por Guy Acurero. 5 de marzo 2023.

Sociedad y Cultura/Ciencia/Espacio/Estudios.

Dos poemas de ‘Y un después’, de Alejandro Palomas.

El nuevo poemario de Alejandro Palomas, Y un después, es una reflexión sobre la soledad que nos asalta cuando nos quedamos huérfanos. El autor piensa en su madre mientras nos habla de la intimidad del duelo y el dolor de la ausencia. Las cinco piezas que componen este libro son, en realidad, un deseo de reencuentro con la progenitora que se fue.

En Zenda ofrecemos dos poemas de Y un después (Letraversal).

***

PIEL

Nací por cesárea.

Llegué dejando cicatriz.      Estrías sobre la piel.

¿Qué son, mamá?

Restos. De cosas.

¿Cosas como qué?

Cosas vivas, memoria.

¿Cosas que pasaron?

Cosas que quedaron.

Vivíamos en un pueblo de la costa.

Vacío en invierno, playa en verano.

Mamá nunca usó biquini.

Es por la piel, apuntó la mayor.

Es por las marcas esas, susurró la mediana.

Son como las olas de un dibujo, no me atreví a decir.

Pareces tonto, se rieron.

Un día mamá habló.

Son el rastro de las ballenas al pasar.           Son el primer tatuaje que se hizo el mundo.

Son un código secreto, muy secreto.            Son un cuento escrito en morse.

Son los restos de un naufragio.

¿Y duelen? ¿Las estrías?

Era una tarde de mar oscuro.

Olas pesadas como el mármol negro.

Viento roto de arena, sal y aire.

Una tarde de otoño marrón.

Calor de verano, color de invierno.

Recogidas las toallas, retirado el sol al oeste.

Nadie ya a la vista. Esa hora era.

La hora en que los peces se dibujan para los niños.

La hora en que los náufragos pueblan las playas.

La hora en que los faros le arrancan la oscuridad al horizonte.

La hora del frío que enerva la piel.

Esa hora era.

Mamá me peinaba.

Y yo me dejaba.

El viento no.

El viento quería llevarnos con él.

¿Cesárea qué es, mamá?

Es abrir un regalo con un cuchillo.

Había tardes así en otoño.

Todo estaba lejos.

Estaba todo.

Todo lejos.

En el bañador de mamá flotaban los lunares.

Negros sobre fondo rojo.

Planetas, los llamaba yo, y ella se reía.

Les poníamos nombre.

Lucero, Dora, Salomón, Renato…

Los nombres son importantes, decía.

Lo que no se nombra no se ve, decía.

¿Y tus estrías? ¿Tienen nombre?

Mamá no siempre contestaba.

Cuando callaba, el viento soplaba más.

Ella pensaba y yo esperaba.

Tan fácil todo, tan liviano.

No hemos vuelto a esa playa.

La playa de las estrías, la llamábamos.

Por la mañana, muy temprano, los tractores dejaban su rastro.

Rastrillaban la arena y la cortaban al bies.

Me cuentan en el pueblo que todavía lo hacen.

Trabajan de madrugada, cuando nadie habla.

Navegan callados, como las ballenas.

A veces veo sus luces desde mi ventana.

Rojas, redondas, lunares flotando sobre un fondo negro.

Ellos rastrillan y mamá no está.

Queda su cama, el colchón con su silueta.

Queda su olor y su rastro en la sábana.

Arrugas en algodón blanco.

Estrías que ya no están.

Al otro lado de la ventana, los planetas.

Una luz fugaz recorre en arco el universo.

El filo de un cuchillo.

¿Cesárea que es, mamá?

Cesárea será irme.

Cesárea será quedarte.

***

MANOS

Guillaume Dupuytren, así se llamaba.

Tejió su nombre en las manos de la humanidad.

Bautizó con él la enfermedad.

Palmas rizadas, arañas de mar.

Estrellas arrugadas boca arriba.

Nudos, redes de pescador bajo la piel.

Mamá envejeció desde las manos.

El diagnóstico le llegó en la madurez.

En su palma una nueva línea.

Perversa diagonal entre el pulgar y el meñique.

Mira, decía. Pasa el dedo.

Era un cable de funámbulo, duro como el acero.

Subterráneo, subcutáneo, submarino.

Los años –no la edad– fueron cerrándole los dedos.

Lotos crispados, conchas viejas.

Qué apellido tan noble para un mal tan ruin, decía.

Y también: los nobles, ya se sabe.

Dupuytren. Costó aprenderlo.

Tengo Dupuytren, por eso mis palmas se encogen.

Cada vez menos líneas, menos sitio, más pasado.

Mamá decía que de una madre se aprovecha todo.

Como del cerdo, rugía el abuelo.

Papá y el abuelo se reían, carcajadas como nueces rotas.

Uno el espejo exacto del otro.

De una madre se aprovechan todos, corregía la abuela.

Y también: ¿sabes lo primero que se nos gasta a las madres?

Las manos, se respondía mientras me veía merendar.

Antes incluso que el oxígeno, antes que la mirada.

Hasta que nuestras manos no notan vuestro peso, no somos.

No hay hijo porque no hay gravedad.

Habrá que seccionar el cable, habló el cirujano.

Ojos azules, dos cuchillos sobre una máscara blanca.

Más que manos, son redes, señora.

Mamá escuchaba sin interés.

Es mío, el cable es mío, se defendía su mirada.

Mío como mis hijos, como mi historia.

Mío como lo que construí de mí con ellas.

Con mis redes sostuve a mis tres hijos al nacer.

Barcos pequeños y frágiles navegando sobre mis estrías.

Mis redes los enredaron a la vida y a mí a ellos.

El cable es mío porque me lo he ganado, doctor.

El de la mano izquierda sujeta el presente.

El de la derecha maneja el timón de lo que vendrá.

Soy vieja, doctor, pero las redes aguantan.

¿Qué es una madre sino red?

Si destensa mis dos cables, me desarmaré.

Desgajada como una marioneta, dijo.

Mis manos arrugadas se quedan.

Se quedaron cuando quisieron cortarlas.

Se quedan ahora.

Mamá ha seguido fiel a su noble Dupuytren hasta el final.

A este paso necesitaré herraduras, bromeaba.

Palmas duras como campos vaciados de trigo.

Dos girasoles sobre el blanco de la cama.

Ahora descansan, frías, sobre algodón.

Dos violetas de caramelo.

Tanta ingravidez.

Y tanto pesar.

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Autor: Alejandro Palomas. Título: Y un después. Editorial: Letraversal. Venta: Todos tus libros, Amazon, Fnac y Casa del Libro.

BIO

Alejandro Palomas (Barcelona, 1967) es licenciado en Filología Inglesa y Master in Poetics por el New College de San Francisco. Ha compaginado sus incursiones en el mundo del periodismo con la traducción de autores como Gertrude Stein, Oscar Wilde, Françoise Sagan y Jeanette Winterson. Entre otras, ha publicado las novelas Una madre, Un perro y Un amor, con la que ganó el Premio Nadal 2018. En 2016 obtuvo el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil con Un hijo, cuya continuación, Un secreto, vio la luz en 2019. Su obra ha sido llevada al teatro y se ha traducido a más de veinte lenguas. Dos de sus novelas, Una madre y Un hijo, han vendido sus derechos para su adaptación cinematográfica. En 2019 publicó el poemario Quiero (Poesía reunida, 2012-2018).

Imagen: Cubierta de portada de “Y un después”

FUENTE RESPONSABLE: Zenda. Apuntes, Libros y Cía. Por Laura Di Verso. Editor: Arturo Pérez-Reverte. 19 de febrero 2023.

Sociedad y Cultura/Literatura/Poesía

El hombre que convirtió a Perú en el mayor exportador de una fruta que apenas existía en el país.

Hasta hace pocos años, Perú apenas producía arándanos.

Hoy, es es el mayor exportador del mundo y empresas agropecuarias de todo el planeta invierten en el país para sumarse a un boom para el que no se atisba un final.

«Cuando empezamos apenas se producían y hoy Perú se ha convertido en la meca de los arándanos», le dice a BBC Mundo Carlos Gereda, fundador de la compañía Inka ‘s Berries y referente en la producción de estos frutos en el país sudamericano.

Él fue el pionero, el primero en detectar el potencial de su país como superficie de cultivo de un fruto que no se daba en él y lanzarse a explotarlo. Es el gran artífice de la explosión de los últimos años.

Esta es su historia.

Todo empezó en Chile

Desde su despacho en una torre de oficinas del distrito limeño de Magdalena del Mar, Gereda recuerda que su proyecto comenzó en 2002, tras un viaje de unos amigos de su padre a Chile, precisamente el país al que Perú ha acabado desbancando en el mercado regional.

«Yo estudiaba entonces Ingeniería y Gestión Empresarial, pero era agricultor de corazón, porque mis padres eran agricultores en Chincha, y mi padre descubrió por unos amigos que habían viajado a Chile el éxito que tenía la industria del arándano allí», cuenta.

Tras viajar él mismo a Chile para verlo con sus propios ojos, Gereda se embarcó en una aventura en la que no muchos creían. «La literatura decía que en Perú no se podían producir arándanos porque no hay suficientes horas-frío», recuerda.

En agricultura se conoce como hora-frío a las horas en las que la temperatura no supera los 7 grados centígrados. En Perú, eso solo sucede en zonas de la sierra andina, pero producir allí no era una opción.

«La logística allí es muy difícil, porque es una zona muy agreste y tiene poco acceso», explica Gereda.

«Las grandes empresas agrícolas están en la costa, y sabía que para ser rentable nuestra industria debía ser capaz de producir ahí».

Pero la árida costa peruana, un desierto en su mayor parte, no invitaba al optimismo.

Cultivo de arándanos peruano visto desde el aire.

FUENTE DE LA IMAGEN, CORTESÍA.. El desafío era que el arándano creciera en la desértica costa peruana.

Comenzó entonces la búsqueda de una variante de la planta que se pudiera producir en el ambiente templado del litoral peruano.

Había que encontrar una variedad de arbusto del género Vaccinium, las plantas de las que se obtienen los arándanos, capaz de reproducirse y producir en el seco e inhóspito ambiente en el que Gereda soñaba instalar su negocio.

«En 2006 empecé a buscar plantas para traer a Perú, pero me encontré con la sorpresa de que había que pedirlas a Estados Unidos o Chile y demoraban entre dos o tres años en llegar, además de que tenían un costo muy alto».

Arándanos

FUENTE DE LA IMAGEN, ROSS WOODHALL / GETTY. Gereda probó con 14 variedades de plantas para lograr producir arándanos en Perú.

Convencido de que su proyecto requería producir las plantas en Perú, Gereda se hizo con más de 10.000 plantas de 14 variedades diferentes en Chile para probarlas en Perú.

Inició entonces un proyecto en colaboración con el Instituto de Biotecnología (IBT) de la Universidad Nacional Agraria La Molina para clonarlas in vitro por reproducción meristemática, un método que permite la creación de nuevas plantas a partir de un tejido vegetal llamado meristemo.

Es un procedimiento que se ha hecho habitual en las últimas décadas para obtener cultivos más sanos o con características específicas.

Se abrieron así dos caminos paralelos. Mientras Gereda probaba las 14 variedades chilenas en los terrenos de su familia en Chincha, los científicos del IBT buscaban en el laboratorio la forma de propagarlas in vitro.

En 2008, llegó el ansiado eureka. «Los científicos del IBT nos informaron de que habían dado con el modo de reproducirlas in vitro y yo por mi cuenta había comprobado que cuatro de las 14 variedades chilenas funcionaban bien».

Al año siguiente, fundó su empresa y empezó a proveer a cuatro compañías agropecuarias que comenzaron a producir arándanos con sus plantas y acabaron comprobando que los mejores resultados se alcanzaban con la variedad Biloxi, una de las cuatro chilenas, que ha sido el motor de la revolución del arándano peruano en los últimos años.

«Para que Perú se convirtiera en un jugador en el mercado mundial era imprescindible tener fruta entre finales de agosto e inicios de diciembre, porque en esas fechas nadie más la tiene en el mundo, y en eso brilló la variedad Biloxi», explica Gereda.

Los arándanos y Perú, hoy

Hoy, Inka ‘s Berries, la compañía fundada por Gereda, ha crecido significativamente.

Produce las plantas con las que abastece a los principales actores de la agroexportación peruana, pero también sus propias cosechas de arándanos, que envía al mercado europeo, principalmente a Alemania.

Tiene cultivos en cuatro puntos del país, con 2.000 hectáreas de superficie cultivada y 600 empleados fijos que pueden llegar a ser 3.000 cuando empieza la campaña.

Tres trabajadoras en un campo de arándanos en Perú.

FUENTE DE LA IMAGEN, CORTESÍA. La empresa que fundó Carlos Gereda tiene hoy 600 empleados fijos.

Otros muchos siguieron su estela.

Perú se convirtió en un imán para el capital extranjero que busca invertir en la producción de arándanos, y compañías de Estados Unidos, Australia, España y otros países se han instalado en los terrenos en los que nadie antes de Carlos pensó que allí podían crecer.

La competencia ahora es tal que ha hecho caer el precio del kilo de arándano hasta mínimos históricos en el país.

Y lo que un día fue un inconveniente, el clima templado del litoral peruano, se ha convertido en una ventaja diferencial, ya que Perú puede seguir produciendo en los meses de verano, en los que sus competidores chilenos no pueden por las altas temperaturas que se alcanzan en su país.

Con más de 261.000 toneladas anuales, Perú se ha convertido así en el tercer productor mundial, solo por detrás de China y Estados Unidos, y en el mayor exportador, con Estados Unidos como su principal cliente.

Según el último informe anual de la Organización Internacional del Arándano (IBO, por sus siglas en inglés), Perú ingresó más de US$1.200 millones en 2021 por sus exportaciones de este pequeño fruto.

Aunque las previsiones son las de que se mantenga el aumento de la producción, los últimos meses no han sido fáciles para quienes, como Gereda, viven del arándano en Perú, debido al conflicto político suscitado tras la caída del expresidente Pedro Castillo y las protestas contra el gobierno de su sucesora, Dina Boluarte.

«La industria ha sido muy golpeada porque muchos campos han tenido que parar sus labores de exportación. Estoy de acuerdo en que todos tienen el derecho a protestar, pero los demás tambien tienen el derecho a trabajar y llevarles comida a sus hijos», afirma.

Para Gereda, el éxito de su negocio es mucho más que un mero proyecto empresarial. «Una de las grandes satisfacciones que tengo en la vida es la de haber contribuido al comienzo de esta industria».

Imagen de portada: CORTESÍA. Carlos Gereda fue pionero en percibir el potencial de Perú como productor de arándanos.

FUENTE RESPONSABLE: Guillermo D. Olmo; Corresponsal de BBC News Mundo en Perú. 2 de marzo 2023.

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