Cinco poemas de Adrián Chaurán.

En el anochecer o irse de las horas

donde traen ecos guardados

en las esquinas de los labios

mis manos asen la bruma

de los sueños y de tus sueños

no hay que llorar por las raíces que crecen

en tu habitación o por mis sombra

tan apartada de las paredes

en donde se muerde una voz

tan similar a la mía y tan lejana a su vez

tan triste en el recuerdo

donde se riegan las nuevas hojas

y una huella se duerme en mi regazo

soy solo hombre de metales que hieren

donde el mineral es parte sangre

donde las calles llevan a la lluvia

y está mi rostro tan caído

tan lejano tan hecho de pasado

tan inventado por el vacío

o por

……un vaso de licor y con lirios

……………………y ríos de sangre.

II

Aquí se agolpa tu eco,

desfallece entre las arenas o el ansia

de mi boca, rumiadora de la llaga,

rumiadora de tu voz y su clavo,

sintiendo en la brisa tu retrato invisible,

eternamente invisible

por un alambre destruido, ay amor.

Alzó el grito su eterna daga

por mis vetas, por las señales

desdibujadas en la mirada,

para descender en el canal escondido

por una sábana que no te nombra,

que nos desconoce en la ribera

de la muerte y su cruz,

en donde se arrinconan tus manos

con las mías y su pregonar de oraciones.

Ay, una flecha de tu boca

atraviesa mi pecho, ay.

Bajo el espejo de las caricias

se estremece en ahogo un beso

ahora lejano. Ahora de nadie.

III

Cuántos desaires hasta tus brazos,

amor, qué raudo fui por el horizonte

con el cuerpo de intensa lejanía

amor de mis venas, tú, antes;

mucho antes de los primeros atardeceres,

mucho antes de la sangre y sus navajas,

ya mi cuerpo se abrazaba a ti,

ya era mi alba en tus ojos

un murmullo de ciegas luciérnagas, amor mío,

que cruzaba por las olas buscándome,

el dolor de mi alma en tu espejo;

aquí estaba, aquí estoy, amor mío,

con el sabor de la herrumbre, con las horas,

con la piel, amor mío, aquí,

tan próximo a tus labios.

IV

(Poema de amor)

La noche declina con tus ojos

como sentir tu voz

de tu cuerpo en sosiego,

suave, ciega, de ascuas

ahondando en mi pecho;

misteriosa, en mis manos

te han sostenido

errante, como la bravía del pasto.

En tus besos;

en tus brazos que ciñen

el temor de la madrugada,

reposo, en mis huellas

aún intactas hacia la lontananza.

Sentí tu espacio,

ocupando la extensión de mis deseos,

ahí, sin deseo o anhelo.

Olor de lirios marchitos,

el mañana del amor

renace de las raíces

con nuestros nombres.

V

“Beso soy, sombra con sombra.
Beso soy, dolor con dolor”.
Miguel Hernández.

Dolor soy o esperanza de esperarte

caída de tus labios,

mis manos se estrellan con la mar

de volver a los espejos,

sombra del aliento, decirse adiós,

para siempre vuelve, consumiendo silencio.

Amor de los vestigios,

renace en mi pecho

el ansia ahora perdida del tiempo;

soy las hojas de los ojos

con el consumirse de las lunas,

exhausto de temores,

a donde cae mi cuerpo

florecen los amaneceres de mis heridas

……………………………………con tu sonrisa.

Imagen de portada: Adrián Chaurán

FUENTE RESPONSABLE: Letralia. Tierra de Letras. 3 de marzo 2023.

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